
Para Pablo Picasso, este pueblecito medieval francés fue su auténtico amor. Se podría decir que lo suyo fue una relación de idas y venidas. Ahora, lo que verdaderamente conquistó el corazón del malagueño durante tres décadas fue que en la Costa Azul no hay solo lujo, en Mougins también se respira un aire un tanto bohemio, propio del barrio de Montmartre.
Esta pequeña villa ya existía durante la época de la ocupación romana y podría decirse que ha resurgido de sus cenizas como el ave fénix. La historia de Mougins es la de un pueblo restaurado, que tras quitarse los restos de hollín se ha convertido en uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Mougins, un museo al aire libre
Tierra de artistas y de museos en plural. Este pueblecito es pintoresco y se podría decir que en el sentido más literal de su significado. A pesar de su tamaño reducido, emana arte por cada una de sus callejuelas empedradas. Plagadas de galerías de arte y diminutos ateliers, extraña que este entorno rural esté tan cerca de la ciudad de Cannes y el glamour costero de la zona.
La pregunta que todo el mundo se hace al conocer este lugar es la siguiente: ¿Cómo no iba a querer vivir aquí Pablo Picasso para siempre? Con forma de caracol, tanto la parte de la vielle ville, o también conocida como 'ciudad vieja', como a las afueras, Mougins es todo un regalo para la vista.

La Chapelle Notre-Dame-de-Vie, donde Picasso levantó su campamento creativo
Esta capilla del siglo XVII es un templo de la arquitectura provenzal. No es de extrañar que, tanto Pablo Picasso como otra larga lista de artistas, encontraran en ella la preciada fuente de la inspiración. Entre las celebridades que sucumbieron a su encanto se encuentra Winston Churchill llegó a pintar aquí cuatro cuadros de la capilla o Chaplin, Cocteau y Rostropovitch.
En la actualidad se puede visitar, ya que cuenta con una exposición fija de fotografías de Pablo Picasso.
La casa provenzal del pintor malagueño
En frente de la 'Capilla de los famosos' se encuentra el Château de Vie, la casa en la que Pablo Picasso hasta su muerte. Eso sí, no esperéis poder visitar aquí la tumba del pintor, ya que tuvieron que trasladar sus restos al Castillo de Vauvenargues. En la actualidad esta casa pertenece a un coleccionista privado.

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