Evasión

El pueblo metido en una cueva: una joya esculpida en piedra que sirvió de refugio frente a los piratas

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Son muchos los pueblos que destacan en nuestro país por ser auténticos tesoros de la historia de España. Sin embargo, hay rincones que llaman mucho más la atención, como las Casas Colgadas de Cuenca o los monasterios esculpidos en la piedra.

Hay otro lugar que destaca y que en el pasado fue un refugio para sus habitantes frente invasiones piratas bereberes. Se trata de Porís de Candelaria, un pueblo de La Palma que nació de una cueva. Y es que los calificativos de "rincón de sueño" o "sacado de un cuento" se le quedan cortos y con razón.

Es también conocido como el Porís de Tijarafe y es famoso por su impresionante entorno. Rodeado de altas paredes de roca y situado junto al mar, el Porís de Candelaria es uno de esos rincones que, en cuanto se conozca en Hollywood, será el escenario de reinos mágicos de las ficciones de la gran y pequeña pantalla.

La historia del Porís de Candelaria se remonta a cuando los pescadores de la zona construyeron aquí sus humildes viviendas como un lugar de descanso y refugio. Actualmente, estas casitas siguen en pie y, aunque muchas de ellas son utilizadas como viviendas de vacaciones, el lugar conserva un aire auténtico y rústico, evocador de este pasado isleño.

La singular estructura de la cueva, con dos grandes entradas por las que el agua entra y sale constantemente, hacía que fuese un sitio ideal para mantenerse a salvo, ya que los piratas bereberes rara vez encontraban este recóndito lugar.

Entrada la cueva pueblo
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Llegar al Porís de Candelaria es una pequeña aventura en sí misma. Desde el municipio de Tijarafe, se puede acceder mediante un sendero que desciende hacia el mar o a través de una carretera sinuosa que lleva a una zona de aparcamiento cercana al acantilado.

Señora paseando por la calle
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Una vez en el Porís, se puede disfrutar de la tranquilidad del lugar, nadar en sus aguas cristalinas o simplemente relajarse en las rocas mientras contemplan el océano. No hay servicios turísticos tradicionales en el área, como restaurantes o tiendas.

Un pasillo bonito en el pueblo secreto metido en una cueva
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