
La Royal Academy of Arts, en Londres, acoge la exposición 'Francis Bacon: Man and Beast'. No es la primera gran retrospectiva del tótem del arte contemporáneo, ni será la última, pero explora su perfil menos explorado: la fascinación por el mundo animal.
Treinta años después de su muerte, Francis Bacon es considerado como uno de los artistas más importantes del arte de posguerra y un icono del siglo XX. También es uno de los artistas más cotizados en el mercado del arte. No es casualidad que su obra –y su persona– sea objeto de constantes estudios, libros y exposiciones.

Esta muestra explora, sin embargo, una faceta del artista hasta ahora poco explorada: su interés por la naturaleza salvaje de los animales, al menos en comparación con su obsesiva fascinación por la figura humana, una fascinación que le llevó a viajar constantemente al sur de África para observar, analizar y plasmar sus movimientos.
Esa fascinación es una constante en su obra: por la dimensión animal en la humanidad y por la humanidad que habita en las bestias. En realidad, la línea que separa ambos mundos en Bacon es muy fina. Tanto que las diferencias entre la figura humana y animal se desdibujan en su trabajo. Hay algo de pulsión animal en sus pinturas, que se manifiestan como una suerte de bestiario contemporáneo.

Obras y exposiciones inéditas
Se exponen 46 pinturas, que van desde las primeras obras entre los años 30 y 40 hasta la producción de su etapa más tardía. Se exhibe, por primera vez en una exposición, su última obra, 'Study of a Bull', de 1991 –que pertenece a una colección "muy privada" y era desconocida hasta hace unos años–, junto al trío de cuadros dedicados a la figura de este animal, de 1969, que no se habían mostrado nunca juntos.
Esta gran exposición retrospectiva, retrasada en varias ocasiones por la covid-19,
Se puede ver hasta el 17 de abril de 2022 en la Royal Academy of Arts de Londres, en Burlington House.
Una propuesta y una oportunidad única
También en Londres, y hasta el domingo 8 de mayo, el Victoria & Albert Museum inaugura una exposición dicada a la obra del maestro orfebre Carl Fabergé durante su etapa en Londres. Fabergé, el hombre detrás de la firma reconocida internacionalmente como icono de la manufactura rusa de lujo, se instaló en 1903 en el 173 de New Bond Street, donde estableció una sucursal de su factoría.
La exposición recoge una muestra excepcional de sus piezas: sus huevos joyero o reloj, que fabricó en serie –y durante mucho tiempo en exclsuiva– para la familia Romanov a principios del siglo XX, miniaturas talladas en piedras preciosas, cajas para cigarros y joyas.
Y una cita (imperdible) más: 'The Bue Boy' (hacia 1770) de Thomas Gainsborough vuelve a Londres cien años después, y solo hasta el 15 de mayo. Se exhibe en la National Gallery, de donde partió en 1922 hacia su nuevo destino, el museo The Huntington, en Estados Unidos. La ocasión mereció una despedida pública "de un cuadro muy querido" por los británicos. Es la primera vez que el museo de California presta la obra.
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