Lech Walesa abandonó el martes la clínica de la ciudad estadounidense de Houston donde estaba ingresado, cuatro días después de someterse a una exitosa operación para implantarle un marcapasos. "Hace tiempo que no me sentía tan bien", declaró el ex presidente polaco, de 64 años.
Walesa felicitó al equipo de cirujanos del Methodist DeBakey Heart Center que le operó y se declaró "encantado" de evitar un transplante de corazón. El ex mandatario "salió del hospital por sí mismo y llevaba puesto un elegante traje", dijo una portavoz del centro a la AFP.
Walesa anunció personalmente hace unos meses la posibilidad de que le implantaran un estimulador cardíaco, pero se mostraba optimista. "No tengo intención de morir (...) Tengo casi 65 años y debo tener cuidado. De mi virilidad, no me queda más que el afeitado, aunque de vez en cuando miro a las chicas. Pero, a esta edad, tengo que obedecer a los médicos", declaró.
Histórico jefe de Solidaridad, el primer sindicato libre de los países del antiguo bloque soviético, Walesa (que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1983) contribuyó al debilitamiento del régimen comunista polaco en los años 80.