
El atentado terrorista de Berlín, que se ha saldado con 12 muertos y medio centenar de heridos, puede suponer un duro golpe para la canciller alemana Angela Merkel, cuestionada por su política de acogida de refugiados. La extrema derecha la ha responsabilizado del ataque al mercadillo navideño después de que el Estado Islámico lo haya reivindicado.
El primer detenido, liberado poco después por falta de pruebas, era un solicitante de asilo paquistaní de 23 años, llegado a Alemania en febrero de 2016 a través de la ruta de los Balcanes. La extrema derecha ha achacado directamente la responsabilidad del drama a Merkel.
"Son los muertos de Merkel", denunció uno de los responsables del movimiento Alternativa para Alemania (AfD), Marcus Pretzell, en su cuenta Twitter.
"Alemania ya no es segura frente al terrorismo del islamismo radical", dijo la principal figura de AfD, Frauke Petry, que criticó la decisión de Merkel de abrir las puertas del país a los migrantes y solicitantes de asilo en agosto de 2015. La amenaza islamista "fue importada en forma sistemática e irresponsable en el último año y medio", denunció Petry.
La matanza de Berlín reavivó también las críticas de la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara del partido conservador de Angela Merkel, que desde hace un año denuncia la llegada de refugiados y exige, sin resultados hasta ahora, limitar anualmente la entrada de refugiados. "Debemos interrogarnos sobre los riesgos que crea la llegada de un gran número de refugiados en el país", advirtió el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann. La opinión pública no puede aceptar "una situación en la que tenemos riesgos crecientes provenientes de personas inspiradas por el islamismo radical", agregó Herrmann.
Marine Le Pen, líder del Frente Nacional de Francia, también emitió este martes un comunicado en el que pedía revisar la política de refugiados que está llevando a cabo Europa y cerrar las fronteras para evitar este tipo de situaciones.
El presidente de la Conferencia Permanente de Ministros de Interior de Alemania, Klaus Bouillon, ha reclamado este miércoles leyes más estrictas para controlar el flujo de refugiados. "Hay muchos refugiados en el país de los que no sabemos de dónde vienen y qué buscan, lo que es una gran incertidumbre", ha dicho. Así, ha adelantado que propondrá que "los que pidan asilo y no presenten su identificación perderán el derecho a recibirlo".
El drama del mercado navideño de Berlín -que recuerda la matanza con un camión el 14 de julio en Niza, sur de Francia, que dejó 86 muertos- ocurrió justo en el momento en que la canciller comenzaba a recuperar el terreno perdido entre la opinión pública, inquieta por la llegada de refugiados, desde hace 16 meses.
¿Un cuarto mandato?
Después de una brusca caída de popularidad a comienzos de año y una serie de derrotas en las elecciones regionales, en las últimas semanas Merkel registraba una mejora en los sondeos. En las últimas encuestas de opinión, su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), alcanzaba una intención de voto de hasta 37%. A principios de año oscilaba alrededor de 30%.
A finales de noviembre, alentada por los sondeos, Merkel había anunciado su candidatura para un cuarto mandato de canciller en las legislativas previstas para 2017, en el mes de septiembre probablemente. La canciller había aprovechado el congreso de la CDU para endurecer el discurso sobre la inmigración y decir que la situación del otoño de 2015, con miles de refugiados entrando a Alemania, no iba a repetirse.
El principal riesgo para Merkel puede venir de la reacción de su partido, indicó Christian Moelling, analista del instituto German Marshall Fund. "Es posible que el ala dura de los conservadores alemanes busque obtener más concesiones de su parte con respecto a las cuestiones de seguridad y de inmigración", sostuvo Moelling. Sobre todo si se comprueba que el atentado fue orquestado con ayuda de una organización, dijo. "En ese caso la política de Merkel sería percibida como una política que incrementó el riesgo", estimó el analista.
Alemania honra a las víctimas
Durante todo el día de ayer, distintos ciudadanos se acercaron al lugar del atentado, el popular Kudamm berlinés, una de las principales zonas comerciales de la capital alemana, para depositar velas y flores para honrar a los fallecidos.
Por la tarde se celebró allí un servicio religioso en memoria de las víctimas del ataque del camión, mientras el presunto autor de la masacre permanecía huido y armado. A la ceremonia ecuménica asistieron 800 personas, entre ellas el presidente federal, Joachim Gauck; la canciller, Angela Merkel; el alcalde gobernador de Berlín, Michael Müller, y varios ministros.
El Estado Islámico ha reivindicado el atentado. Alemania busca ahora, a la desesperada, al autor o autores de la masacre, que andan fugados por el país puede que incluso armados.