La selección española se encuentra en una situación delicada y muchas miradas se centran en el seleccionador, en Vicente del Bosque. La derrota frente a Croacia ha dejado muy tocado al salmantino frente a sus propios futbolistas y también frente a la opinión pública.
El entrenador se enfrenta por primera vez a una crisis de grandes dimensiones en el seno de 'La Roja'. Ni los malos rollos que se generaron durante el Mundial de Brasil tuvieron unas consecuencias tan profundas como lo que se está viviendo en Francia. Allí se comenzó perdiendo. Aquí se tiene la sensación de que se ha torcido un rumbo que iba muy bien enderezado.
Y todo por un puñado de decisiones controvertidas. La más evidente, de la que más se está debatiendo en el vestuario y en la opinión pública apunta a la alineación. España salió el martes con los mismos once jugadores que ganaron a la República Checa y a Turquía.
Esa decisión, insisten en el vestuario de España, no fue acertada porque privó a ciertos jugadores del descanso que necesitaban y porque le hizo un favor a Pedro, reforzando su mensaje de que ciertos futbolistas suplentes parecen haber sido convocados más por hacer grupo que por que se confíe en ellos para jugar en este equipo.
También se ha puesto en entredicho que el preparador no fuera capaz de inculcar a los suyos una gestión adecuada de los minutos más importantes del partido. Cabe recordar que los goles de Croacia llegaron al filo del descanso y al final del choque, cuando no había apenas tiempo de reacción.
En ambos tramos España se dedicó a atacar de forma constante, pese a que el partido invitaba a lo contrario, a impulsar un juego sosegado y de control con el que evitar contras como la del 2-1. Ese gol pilló desprevenida a la defensa por la obsesión española de ganar aún cuando el empate era un resultado positivo para los intereses de 'La Roja'.
Minutos antes de que llegase, España tuvo la oportunidad de hacer el 2-1 con el penalti que falló Sergio Ramos. Un lanzamiento que no debió haber ejecutado el defensa. Iniesta confesó que él, Cesc o Silva eran los encargados de ejecutar el lanzamiento, pero que el capitán se sintió con confianza para ejecutarlo. Ahí, entienden voces críticas del vestuario, debería haberse impuesto Del Bosque. Debió, afirman, haber obligado a seguir el orden preestablecido.
Pero fiel a su estilo condescendiente con sus jugadores, Del Bosque dejó hacer y el resultado fue un fallo que también ha enturbiado el ambiente, más si cabe cuando, en sala de prensa, el preparador insistió en que Ramos hizo bien tirándolo porque dentro del campo manda la autoridad de los jugadores.
Tampoco ha gustado la manera lineal con la que el seleccionador hizo los cambios. Morata dejó su sitio a Aduriz (delantero por delantero) y Thiago salió por Cesc (interior por interior).
Sólo hubo un cambio que mutó el dibujo. Nolito abandonó el campo para que Bruno tratase de apuntalar la medular con un doble pivote que, en realidad, fracasó. Hay voces internas en el seno del equipo que creen que habría sido más positivo introducir mutaciones más revolucionarias con jugadores que habrían dado más 'alegría' al juego español. Hombres como Lucas Vázquez o Koke podrían haber mutado la rigidez que lució España en la segunda mitad.
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