Abanca tiene el firme propósito de avanzar en la sostenibilidad de la actividad que desarrolla con medidas que contribuyan a reducir la huella medioambiental, como la reducción del consumo energético y de papel o el reciclaje de residuos. En este sentido, también ha realizado una apuesta clara por las infraestructuras sostenibles en la renovación de sus sedes y oficinas. Otra de las muestras de su compromiso con el medio ambiente es el programa de voluntariado medioambiental, en el que han participado ya más de 900 profesionales de la entidad.
Una de las actuaciones más relevantes en este ámbito es la renovación de infraestructuras. La implantación progresiva desde noviembre de 2015 del nuevo modelo de oficina en la red comercial del banco (formada por 655 sucursales a cierre de 2017) y la sedes institucionales -que se inició en 2016 en la sede de Recoletos 4, en Madrid, y que acaba de comenzar en la sede de A Coruña- tiene como uno de sus objetivos prioritarios actualizar las infraestructuras del banco para hacerlas más innovadoras y sostenibles.
Los edificios y sucursales renovados se caracterizan por una arquitectura interior en la que priman los espacios abiertos y funcionales; y un fuerte componente tecnológico que contribuye a minimizar el gasto energético y a reducir el consumo de papel. Esto ha facilitado que la sede de Recoletos 4 haya recibido la calificación muy buena del sello Internacional Breeam, que valora los proyectos y su ejecución desde el punto de vista medioambiental y de sostenibilidad.
En relación con la sostenibilidad de las infraestructuras, Abanca acaba de poner en marcha un proyecto de tecnología blockchain pionero, con el objetivo principal de conseguir una gestión más eficiente y sostenible de su red de oficinas. Esta iniciativa, basada en la asignación de valor virtual o tokenización de activos energéticos, sitúa a la entidad financiera gallega en la vanguardia de la tecnología financiera de futuro, basada en la cadena de bloques.
El proyecto, denominado Abanca Ithium, desarrollado en colaboración con las empresas tecnológicas GodEnigma y Ecomt, se ha iniciado en una oficina de Abanca en A Coruña (Plaza de Lugo), uno de los espacios de referencia de la entidad en el ámbito de las nuevas tecnologías y gestión eficiente. Se ha instalado en este centro un nodo de blockchain que graba los datos de consumo energético y emisiones de CO2 en un sistema de base de datos distribuida mediante cadena de bloques, de forma segura, inmutable, certificable y sin intermediarios. Los ahorros energéticos que se registran en este libro contable se convierten en un valor virtual o token, que permiten a Abanca asignarles un valor económico.
Abanca es la primera entidad financiera en realizar este tipo de transacciones. Inicialmente, esta tokenización de activos energéticos será utilizada por la entidad para su uso interno. En una segunda fase, está previsto extender el desarrollo de este proyecto tecnológico a otras oficinas de la entidad y plantear con las transacciones generadas nuevos modelos de negocio y de financiación en la economía verde y sostenible, como apoyo a empresas generadoras de energía renovable o que impulsan la eficiencia energética.
Reducción de consumos
El banco también ha puesto en marcha medidas para reducir el consumo energético y las emisiones. Una de ellas, el nuevo modelo de oficina, permite optimizar el gasto de energía eléctrica mediante la gestión remota automatizada. Otra de las decisiones adoptadas por el banco ha sido actualizar la norma de gastos de viaje, que incide en la utilización del transporte público para los desplazamientos y fomenta la utilización de sistemas de multiconferencia para evitar traslados físicos.
Este conjunto de iniciativas ha tenido un efecto positivo que se traduce en un descenso significativo en todos los consumos. En concreto, se ha reducido un 9,3% el consumo de electricidad y un 7,4% el de gasóleo. En el caso de las emisiones, esta política ha contribuido a rebajar un 9% la intensidad de las emisiones de la plantilla.
La entidad también cuenta con políticas de reducción de papel y reciclaje de residuos. Según se refleja en la Memoria Corporativa y de Responsabilidad Social 2017, el banco continúa avanzando en el Programa Cero Papel puesto en marcha en 2016 con el objetivo de reducir el uso de este material y sustituirlo por soportes digitales. En este sentido, de nuevo tiene gran impacto la progresiva implantación en la red comercial del nuevo modelo de oficina y la remodelación de servicios centrales que se está acometiendo, dos proyectos en los que se hace una fuerte apuesta por la digitalización.
Con la misma finalidad, la entidad continúa promoviendo el uso de la correspondencia electrónica entre sus clientes, que se ha traducido un nuevo descenso en el número de envíos postales, de 17 millones en total en 2016 a 11,5 millones en el último ejercicio.
En otro ámbito, en 2017 se cumplieron cinco años de la colaboración del banco con la empresa viguesa Revertia para la gestión integral de los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos. "Este acuerdo nos permite un uso eficiente de los recursos en línea con las prioridades que establece la Unión Europea y con las propuestas legislativas sobre residuos que establecen objetivos dirigidos a reducir su generación, garantizar un mejor control de la gestión, fomentar la reutilización y mejorar el reciclado", explican.
El trabajo realizado por Revertia ha permitido retirar de sus instalaciones un total de 68,7 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, la gran mayoría, un 84%, periféricos y grandes aparatos como los cajeros. "De todos los residuos gestionados se pudieron reutilizar un 7%, aunque el porcentaje se incrementa hasta el 39,4% en el caso de las CPU y hasta el 50% si solo tenemos en cuenta las pantallas". El material que no puede ser objeto de reutilización se envía a plantas de reciclaje para su adecuada gestión.
Otro tema relacionado con el ámbito medioambiental es la cartera de productos. "A través del Plan Activamos ofrecemos financiación a las familias a tipo de interés preferente y sin comisiones para la adquisición de vehículos automóviles eficientes: híbridos, eléctricos, alimentados con gas natural, con gases licuados del petróleo (GLP) o vehículos con pila de combustible; así como para realizar reformas en el hogar que conlleven mejora de la eficiencia energética en la vivienda habitual".
En el caso de empresas y autónomos, "facilitamos que puedan abordar actuaciones que reduzcan el gasto energético de sus inmuebles: envolvente térmica, instalaciones (térmicas y de iluminación), así como sustitución de energía convencional por biomasa". En cuanto a la inversión, "desde el área de banca corporativa destinamos el año pasado un importe superior a 500 millones de euros a financiar proyectos verdes. Además, continuamos apoyando iniciativas empresariales ambientalmente responsables".
Voluntariado
La conservación y mejora del entorno natural es una de las prioridades de Abanca dentro de su política de responsabilidad social corporativa. Y este compromiso medioambiental tiene un reflejo claro en su programa de voluntariado corporativo, que incluye cada año un amplio abanico de acciones de recuperación del medioambiente en espacios de especial interés ecológico.
"La entidad puso en marcha a mediados de 2015 su programa de voluntariado corporativo, en el que tienen un peso relevante desde el primer momento las acciones encaminadas a mejorar nuestro entorno natural", explican desde la entidad.
A lo largo de estos tres años de compromiso con el ecosistema, 942 voluntarios de Abanca han dedicado 4.747 horas a la eliminación de especies exóticas invasoras en espacios de gran interés ecológico, como el Parque Natural das Illas Atlánticas (Islas Cíes y Ons); trabajos de limpieza de entornos naturales de alto valor medioambiental como los ríos Gafo (Pontevedra) o Rato (Lugo); la plantación de especies autóctonas que faciliten la reforestación de nuestros bosques; o la construcción de refugios para la fauna.
Además, durante las pasadas navidades el banco puso en marcha la campaña solidaria denominada Un nuevo árbol, con el objetivo de recaudar fondos y ayudar a la reforestación del monte gallego afectado por la oleada de incendios de octubre de 2017. El banco realizó una primera aportación de 4.608 árboles, uno por cada empleado y, gracias a los regalos solidarios adquiridos a través de su red de oficinas y de la página web creada para este fin por las personas sensibilizadas, fue posible alcanzar los 6.000 árboles.
Durante los primeros meses de 2018 los profesionales de Abanca que participan en el programa de voluntariado han centrado sus esfuerzos precisamente en las acciones de recuperación forestal enmarcadas en esta campaña. Desde marzo, un total de 535 profesionales han participado en la rehabilitación de zonas como Coruxo (Vigo), Chandebrito (Nigrán), A Mezquita (Ourense), As Neves (Pontevedra), Santiago de Compostela o Miño (A Coruña).
La plantación de estos árboles, todos ellos de especies autóctonas, se realizó en dos fases: 4.175 se plantaron en las zonas afectadas entre los meses de marzo y abril de este año y los que quedan pendientes se plantarán en noviembre, mes en el que se concentrarán las últimas acciones de reforestación previstas para este ejercicio.
En el marco del programa de voluntariado medioambiental también se realizan acciones con el objetivo de concienciar a los más pequeños de la importancia de cuidar nuestro entorno, como talleres de biodiversidad que explican a los niños y niñas cómo realizar identificaciones de especies o descubrir los rastros de fauna que se encuentran habitualmente en un paseo por el campo, un bosque o una playa (plumas, huellas, exuvias, etc.). Para estas actividades Abanca colabora con organizaciones como Grupo Naturalista Hábitat, que proporciona todos los recursos técnicos para poder realizarlas, así como la formación específica correspondiente para cada una de ellas.