Especial medio ambiente

Técnicas Reunidas exporta sus credenciales verdes

La preocupación por el entorno de Técnicas Reunidas viene de lejos. La compañía cuenta desde hace 17 años con un sistema de gestión ambiental (SGA), que guía su actividad hacia la mejora continuada de sus indicadores. En 2017, Técnicas Reunidas concluyó la adaptación de su SGA a la norma ISO 14001:2015, un año antes de la fecha establecida.

Ese mismo año, la multinacional española actualizó también su Política de calidad, seguridad, salud y medio ambiente, que imbrica en la estrategia corporativa la necesidad de entregar al cliente productos respetuosos del entorno, la contribución al uso racional de los recursos, la innovación como pieza clave del desarrollo sostenible y la prevención de la contaminación, entre otros imperativos.

En consonancia con su amplia actividad en el exterior -el 89% de su cartera de proyectos de 9.000 millones de euros radica fuera de Europa-, Técnicas Reunidas ha internacionalizado asimismo su compromiso con el medioambiente. Apoya desde hace varios años el Pacto Mundial de Naciones Unidas, que preconiza la "sostenibilidad empresarial" mediante la aplicación voluntaria de 10 principios universales.

Cabe destacar los principios 7, 8 y 9 de este Global Compact -como se conoce en inglés-, orientados a favorecer el medioambiente mediante un "enfoque preventivo", fomentar iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental, e impulsar el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medioambiente.

Técnicas Reunidas trabaja, además, en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015, y que marcan las aspiraciones mundiales en este ámbito con el horizonte del año 2030. Sobresale su aportación en cuatro de estos ODS relacionados específicamente con el impacto ambiental.

Así, el objetivo 7, que busca "garantizar el acceso a una energía asequible , segura, sostenible y moderna para todos". Técnicas Reunidas sustancia su adhesión a esta directriz mediante la participación dos proyectos enfocados en la optimización del almacenamiento de energía. El proyecto Zaess, en el marco de la iniciativa LIFE de la Comisión Europea, desarrolla una novedosa batería de flujo zinc-aire. Las baterías de flujo níquel-cinc -con miras a su uso en redes de transporte- protagonizan el proyecto nacional Estefi.

El ODS 11 se fija en la construcción de "ciudades y comunidades sostenibles". Aquí, Técnicas Reunidas cifra su compromiso en la reducción de sus emisiones de CO2 en un 12% entre 2016 y 2030, así como en el tratamiento del 100% de sus residuos peligrosos por gestores autorizados. La "producción y consumo responsables" que propugna el objetivo 12 los impulsa la multinacional mediante su SGA, implantado en todos sus procesos empresariales.

El objetivo 13 es el más directamente ligado a la lucha contra el cambio climático. Técnicas Reunidas trabaja en un importante desarrollo, el proyecto Waleva (de nuevo adscrito a la iniciativa europea LIFE), que busca atajar un notable problema medioambiental en Europa, la polución originada por la quema de paja de arroz. La tecnología de Waleva reduce en más de un 80% las emisiones de CO2 derivadas mediante la producción de ácido levulínico.

La compañía también se ajusta a las recomendaciones de la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), una organización que promueve la transparencia de las empresas en cuanto a los riesgos financieros derivados del impacto medioambiental de su actividad.

En la liga de los mejores

En línea con lo anterior, Técnicas Reunidas destaca también por su calificación de A- en el CDP, que la sitúa entre las empresas líderes -de todo el mundo- en la lucha contra el cambio climático. El CDP es un proyecto global que fomenta la transparencia voluntaria de compañías, ciudades, estados y regiones en materia medioambiental, sistematizando y evaluando su desempeño. Un logro más meritorio aún si tenemos en cuenta que la puntuación media global, tanto como la de las empresas españolas, las del sector y las de la industria es de C.

Para una firma con un radio de acción tan amplio, es crucial que los estándares internos se exijan también a lo largo de la cadena de valor -algo que está en línea con, al menos, el ya mencionado objetivo 12 de los ODS de Naciones Unidas-. Por ello, el SGA de Técnicas Reunidas extiende su alcance para cubrir los proyectos que realiza y garantizar que su ejecución se cumpla la legislación ambiental aplicable, los requisitos establecidos en el contrato y otros criterios de sostenibilidad en el diseño de las plantas cuando el cliente lo solicita. A tal fin, identifica los requisitos del proyecto, elabora planes de seguimiento y, por último, audita periódicamente el cumplimiento de lo estipulado.

En este ámbito, la compañía alcanzó un hito en 2017, consistente en la inclusión de los requisitos ambientales en el proceso de homologación (por ejemplo, solicitando a proveedores y subcontratistas información sobre su huella de carbono).

Al mismo tiempo, trabaja para reducir su propia impronta en el entorno: además de definir indicadores específicos, Técnicas Reunidas mejoró sustancialmente la obtención de los datos en 2016 -su año base-, tras pasar de un sistema manual a uno informatizado. A su objetivo de reducir un 12% sus emisiones de dióxido de carbono para el año 2030, se suma el de minorar el consumo eléctrico un 2% para 2018. La multinacional trabaja en paralelo con campañas de concienciación; la apuesta por la economía circular; la recuperación de materiales a través de la I+D+i, y la participación en consorcios europeos dirigidos a la recuperación de metales y tierras raras, entre otras acciones.

Innovación responsable

El afán por mejorar las técnicas existentes y encontrar nuevas formas de operar es clave para una empresa que depende de su trayectoria y know-how. Por tanto, la I+D+i tiene un papel relevante en la estrategia de la compañía. Puesto que hablamos de procesos, esta actividad de innovación tiene en el impacto medioambiental un componente clave. En 2017, Técnicas Reunidas destinó 10,3 millones de euros a la I+D+i, ello en un año en que la implantación de muchas de las metodologías, procedimientos, herramientas y estándares desarrollados en ejercicios anteriores fue particularmente destacada.

Si bien casi todos los departamentos incorporaron aspectos innovadores durante 2017, el área de la Construcción tuvo un desempeño más marcado. La compañía se consolidó el pasado año como una empresa de referencia en Oriente Medio para los clientes más importantes de la región. Asimismo, Técnicas Reunidas elevó su presencia en el segmento de la ingeniería básica, que comprende los diseños conceptuales (lo que se conoce como proyectos tipo FEED y PMC).

Además de proyectos como Zaess y Waleva, la multinacional ha cosechado notables avances en la tecnología de extracción de cinc en residuos de incineración; destacan además la actualización del diseño del reactor para la planta de ácido nítrico de Tarragona, para Maxam, y el desarrollo del procedimiento operativo y de reducción de emisiones de la planta de ácido nítrico de Basf en Caojing (China).

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