
En marzo de 2018 la Comisión Europea adoptó un paquete de medidas para promover las inversiones responsables. Bajo el Plan de acción de finanzas sostenibles se busca que los flujos de capital respalden proyectos que sean sostenibles, que tengan impacto frente al cambio climático, en los aspectos sociales, así como en el gobierno corporativo de las empresas (factores ESG).
Para alcanzar ese objetivo, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFid II) introducirá un cambio a partir del 2 de agosto de 2022 de gran calado para los asesores financieros, quienes deberán preguntar a los clientes por sus preferencias en materia de sostenibilidad para el denominado test de idoneidad, que determina el perfil de riesgo del inversor.
Dependiendo de las preferencias de los clientes, habrá que ofrecer productos que se ajusten a las mismas, lo que implicará que los gestores deban contar con un sólido conocimiento en materia de inversiones sostenibles y una gama de productos ESG que lo acompañe.
Para lograrlo, es esencial contar con socios estratégicos que puedan proveer de una amplia cartera de este tipo de activos. Es el caso de Nordea Asset Management, que cuenta con una experiencia de más tres décadas en el ámbito del ESG. "Hemos invertido en nuestras soluciones especializadas para garantizar que podemos ofrecer todos los elementos necesarios para que los distribuidores y asesores construyan sus ofertas sostenibles", destacan desde la compañía.
Prueba de ello es la familia de fondos ESG STARS, que permite tener exposición a varias regiones (Europa, Asia, Norteamérica...) y a diferentes clases de activos (renta variable, bonos soberanos, corporativos o high yield). Estos productos tienen como objetivo superar el índice de referencia, invertir en empresas que cumplan con los estándares ESG de Nordea y crear un impacto duradero. "Nuestra gama de ESG STARS se basa en la creencia de que las empresas y los emisores que integran las métricas ESG en sus decisiones estratégicas serán los ganadores del mañana", indican desde Nordea.
No solo cuentan con gestores o analistas que estudian los datos tradicionales de las empresas, sino que en la firma existe un equipo que se dedica a analizar a las compañías con criterios sociales, medioambientales y de buen gobierno corporativo a través de información interna y externa.
Actualmente esta gama de fondos considera el Impacto Adverso Principal (PAI) en hasta 20 factores de sostenibilidad. Por ejemplo, la huella de carbono, la brecha salarial de género, las políticas anticorrupción... Estos se centran en 6 ámbitos: emisiones de gases de efecto invernadero, agua, biodiversidad, residuos y derechos humanos. "Queremos ser un socio estratégico para nuestros clientes durante este viaje y nos comprometemos a ayudarles en cada paso del camino", concluyen desde la gestora.