Las consecuencias del cambio climático se han intensificado en los últimos años, afectando a la preservación de la biodiversidad del planeta y a la calidad de la vida de las personas. Los fenómenos meteorológicos extremos derivados de este cambio causan estragos y pérdidas materiales y personales a lo largo y ancho de La Tierra, y España es un territorio donde acusamos los efectos de estos fenómenos con más intensidad: somos el país de la UE con mayor estrés hídrico.
Un problema que se prevé que sufrirá de forma crítica el 40% de la población del planeta en 2050.
Consciente de esta situación, Agbar, un grupo con más de 150 años de trayectoria, ofrece soluciones innovadoras en torno a la gestión sostenible del agua, los recursos naturales y la salud medio ambiental para la agricultura, la industria y las ciudades. Todo ello en línea con la Agenda 2030 de Naciones Unidas y sus 17 Objetivos para Desarrollo Sostenible (ODS).
En España Agbar presta servicios medioambientales a más de 1000 municipios y abastece de agua potable a más de 12 millones de personas en todo el territorio nacional.
El compromiso del grupo con el medioambiente y con las personas, enfrentados a la emergencia climática, pero también a los nuevos retos tras la pandemia de la COVID 19, se traduce en su apuesta por acelerar la transición hacia un modelo energético más sostenible, inclusivo y resiliente.
Para ello el grupo emplea herramientas como la innovación, la economía circular y la promoción del diálogo con los distintos grupos de interés, contribuyendo al desarrollo sostenible en todas las comunidades en las que está presente.
Fondos Next Generation EU
Este desarrollo debe hacerse siguiendo las líneas marcadas en la Agenda 2030 y presentar propuestas alineadas con las ayudas Next Generation EU.
En este sentido Agbar tiene mucho que aportar: el grupo ha presentado un plan con 75 proyectos punteros en materia de agua y medio ambiente que aspiran a acelerar la transición ecológica.
Estos proyectos se agrupan en cinco grandes ejes: reformas estructurales, resiliencia hídrica, sostenibilidad y economía circular, energías renovables y eficiencia energética y digitalización.
Desarrollándolos se generará un impacto social, medioambiental y económico inmediato en la sociedad, exactamente los requisitos necesarios para optar a los fondos europeos. En total suponen un valor de 9.000 millones en las 17 comunidades autónomas.

Se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en las próximas tres décadas, alcanzando los 9.700 millones en 2050, de los cuales, según los datos que se manejan, el 70% vivirá en ciudades (actualmente el porcentaje es del 50%). Por eso es importante ayudar a que los núcleos urbanos sean más resilientes.
Agbar ofrece a los municipios soluciones innovadoras para minimizar el impacto de los fenómenos que cada vez serán más frecuentes como consecuencia del cambio climático: episodios de lluvias intensas por momentos, alternados con sequías e incendios.
Con el objetivo de minimizar los daños que provocan estos episodios en las personas y en el medio ambiente el grupo propone soluciones que van desde actuaciones en las instalaciones vinculadas al ciclo integral del agua, el diseño y la ejecución de infraestructuras nuevas, hasta el desarrollo de soluciones que permitan anticiparse a estos fenómenos meteorológicos extremos.
Existen ejemplos concretos de las aportaciones de Agbar en materia de transformación hacia modelos de ciudades y relaciones más sostenibles, planes que ya se han implementado en distintas poblaciones.
Algunos ejemplos concretos
En Alicante Agbar combina la inteligencia urbana con inversiones en infraestructuras que previenen inundaciones. Esto se combina con el desarrollo de nuevas zonas verdes urbanas que contribuyen a la biodiversidad y al disfrute de la ciudadanía.
Un claro ejemplo es el Plan Vega Baja Nature Hidraqua, empresa del grupo Agbar que opera en la Comunidad Valenciana, en respuesta a daños causados por DANA (la gota fría o deperesiones altas en niveles altos) en septiembre de 2019. Agbar ha desarrollado un plan director de protección frente a inundaciones en la comarca de la Vega Baja.
Este plan consta de 27 proyectos que se basan en soluciones de drenaje urbano sostenible, como el Parque de la Marjal, en Alicante, ejemplo de infraestructura resiliente. Estas soluciones se integran en el entorno, generando a la vez nuevas zonas naturales para uso y disfrute de los vecinos, a la vez que reproducen y restituyen los procesos hidrológicos previos al desarrollo urbanísitico, para lluvias de periodo de retorno inferior a 15 años.
La inversión en el Plan Vega Baja Nature está valorada en 841,7 millones de euros y generaría 20.424 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, lo que supondría una reducción del 10% en el desempleo local.
En la misma línea está el plan de mejora del drenaje urbano sostenible en Parque Cubanitos, en la Manga del Mar Menor, impulsado por Hidrogea, empresa del grupo Agbar que opera en la Región de Murcia. Esta propuesta proyecta un parque inundable para recoger el agua de lluvia y servir de apoyo al bombeo actual de las aguas residuales, lo que evitaría problemas de vertidos y reduciría los efectos de las inundaciones ante los episodios de lluvias torrenciales. Es otro ejemplo de infraestructura para prevenir las inundaciones, que además preserva el medio y la biodiversidad.
Agbar opera en toda España, incluidos los dos archipiélagos, Baleares y Canarias. En este último el grupo está desarrollando otro de los ejemplos de la aportación del grupo a la sostenibilidad, en este caso a paliar los efectos de la sequía.
El grupo ofrece soluciones innovadoras a municipios para minimizar estos efectos mediante la regeneración del agua, es decir, el tratamiento de agua depurada para darle un nuevo uso, como por ejemplo el riego de zonas verdes municipales o de campos de golf. Esto permite liberar la presión sobre los recursos hídricos tradicionales como los ríos o los acuíferos.
Caranagua, empresa del grupo Agbar que opera en Islas Canarias, presta servicios de mantenimiento y conservación de las zonas verdes en la zona turística del municipio de San Bartolomé de Tirajana, de alto estrés hídrico. En las zonas turísticas, debido a los picos de uso de agua, es especialmente necesario preservar las fuentes de agua tradicionales. Sería completamente inviable para el archipiélago canario asumir las cifras de visitantes sin una gestión eficiente del agua. Y en esto la aportación de Agbar supone un gran apoyo.

Actualmente, Caranagua mantiene 1.300.000 de metros cuadrados de zonas verdes a través del riego y mantenimiento de la red. Además, se asegura de la calidad del agua regenerada utilizada para regar las zonas verdes.
En el marco de las ayudas Next Generation EU, Agbar propone ir más allá con un ambicioso proyecto: el agua regenerada podría sostener la creación de nuevos espacios verdes en San Bartolomé de Tirajana que sirvan como nodos de comunicación entre la ciudad turística, la zona residencial y los entornos más rurales del municipio. Y paralelamente, la creación de un sistema de geotermia permitiría colaborar en la descarbonización del territorio utilizando el agua del subsuelo para reducir la demanda energética necesaria para la climatización de piscinas en invierno y equipos de refrigeración en verano.
Digitalización para la resiliencia
En este contexto, la digitalización y las innovaciones tecnológicas se han convertido en elementos indispensables para el desarrollo de soluciones que incrementen la resiliencia de municipios y territorios ante el cambio climático y sus consecuencias. Las nuevas tecnologías y la transformación digital son claves para desarrollar acciones que palien la crisis medioambiental y aporten un cambio en el aprovechamiento de los recursos naturales.
Para este propósito Agbar cuenta con Dinapsis, una red de hubs para la transformación digital. Actualmente exiten siete hubs Dinapsis a lo largo del territorio nacional: Barcelona, Benidorm, Canarias, Costa del Sol, Madrid, Región de Murcia y Valencia. Cada uno está especializado en una temática concreta atendiendo a la sensibilidad del territorio en el que se ubica, actuando como acelerador de la innovación en el ecosistema local. Una apuesta de Agbar por la innovación aplicada a la realidad en la lucha medioambiental.