
La situación de crisis sanitaria global que hemos vivido en este año 2020 ha puesto negro sobre blanco, una vez más, que el modelo actual de desarrollo es insostenible y conlleva importantes riesgos para las economías y para la salud de las personas. Nos ha recordado, en definitiva, que erosionar las bases en las que se sustenta nuestro bienestar, el capital físico (nuestros recursos naturales) y el sistema climático, es una temeridad.
La buena noticia es que la idea de que preservar nuestro planeta no es compatible con el desarrollo ha caído por su propio peso y, de hecho, la economía verde se ha revelado como una gran palanca para la recuperación y el cambio hacia un nuevo modelo económico.
No podemos desaprovechar la oportunidad de construir una recuperación verde que nos acerque a un modelo económico respetuoso con el medio ambiente, más justo, solidario e inclusivo, que permita alcanzar la neutralidad climática antes de 2050 y en el que las personas estén en el centro de las políticas.
Con ese objetivo, el Gobierno ha presentado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que guía la ejecución de cerca de 72.000 millones de euros entre los años 2021 y 2023, y que cumple con precisión las prioridades marcadas por la Comisión Europea para el uso de los fondos europeos de recuperación. Así, la inversión "verde" representa más del 37% del total y la digitalización cerca del 33%.
Este Plan activa y moviliza inversiones que tendrán un efecto multiplicador sobre la economía y el empleo, generarán competitividad y modernizarán el tejido productivo. La agenda urbana y rural, el desarrollo de infraestructuras y ecosistemas resilientes y la transición energética justa e inclusiva, son las tres grandes políticas tractoras que centrarán las actuaciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Para llevarlas adelante ya hemos avanzado en buena parte del marco normativo necesario: Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, Ley de Cambio Climático y Transición Energética, anteproyecto de Ley Residuos y Suelos Contaminados, Estrategia de Economía Circular, Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030, Estrategia de Transición Justa, Estrategia a Largo Plazo para una Economía Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050 o la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas. Un marco que lanza una clara señal a todos los agentes implicados en la recuperación y, particularmente, a los inversores.
Debemos aprovechar el tránsito hacia la descarbonización de nuestra economía con el desarrollo de proyectos y sectores que lleven aparejados mayores y mejores oportunidades de empleo, que sean competitivos a nivel internacional y que contribuyan a construir un tejido económico más diversificado y resiliente. España no puede ni va a dejar pasar esta coyuntura sin sacar el máximo provecho y remar en la dirección correcta.