La moda de lo ecológicamente amigable (ecofriendly) no es nueva. Ni mucho menos. Los productos y servicios respetuosos con el entorno vienen a ser mandamiento obligado para todos los fabricantes de tecnología. No obstante, cada cual interpreta ese concepto en función de sus diferentes preferencias e intereses. De esa forma, las compañías podrían etiquetarse de ecológicas y justificar su consideración a través de cualquier pequeña iniciativa que sintonice con esa demanda verde del mercado.
Es deseable que los fabricantes reduzcan los elementos potencialmente tóxicos de sus teléfonos, así como de certificar que las radiaciones de las antenas se mantengan escrupulosamente dentro de los niveles permitidos. También es loable el empeño de los grandes del sector por utilizar componentes y elementos de fácil recuperación y reciclado. Las campañas de recuperación de terminales en desuso o los planes renove para ofrecer descuentos en la compra de nuevos móviles con la entrega del antiguo también suman en la misma dirección.
Por muchas mejoras que incorporen los terminales, el más ecológico de todos ellos será el que logre prolongar la vida útil del terminal a través del mercado de segunda o tercera mano. En este territorio gana relevancia en los últimos años los smartphones reacondicionados, también conocidos por su acepción anglosajona de refurbished. Se trata de dispositivos que han sido usados por diferentes motivos y que posteriormente se han reparado o revisado -si fuera el caso- para su puesta en el mercado como si fueran prácticamente nuevos.
Lo anterior puede aplicarse a equipos comprados (por ejemplo a través de Amazon o El Corte Ingles) y que han sido devueltos porque no lograron satisfacer al cliente durante el periodo de devolución gratuita. También pueden tener defectos de fábrica o de embalaje en su origen, para luego ser restañados sin rastro de imperfecciones.
Y lo mismo sucede con los artículos de pruebas, demostración o exhibición, que una vez que han cumplido con su función inicial pueden volver al mercado con rebajas de hasta el 50%, pero con absoluta garantía de funcionamiento y uso. En este contexto, el consumidor inteligente dispone de una alternativa no sólo económica, sino también más ecológica.
Los requisitos de sostenibilidad en la producción no son prioritarios en China
Este tipo de mercancías reacondicionadas están protegidas y reguladas por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, lo que incluye la preceptiva garantía de dos años. Como ocurre con cualquier otro producto, la solvencia y confianza del distribuidor o tienda es el principal aval para este tipo de cazadores de gangas.
Los expertos consultados apuntan que queda mucho trabajo por delante, desde las altas esferas supranacionales, aunque solo sea porque la práctica totalidad de los componentes de los teléfonos móviles proceden de China.
Salvo notables excepciones, los requisitos y criterios de sostenibilidad en la producción no son precisamente prioritarios en aquel país. Se presupone que los procesos de fabricación no interviene el trabajo infantil y que las condiciones laborales y de salud de las plantas de producción cumplen con los estándares de calidad y respeto del Primer Mundo. Sin embargo, aún existen sospechas sobre el rigor del gigante chino en tareas de inspección laboral, precisamente.
Avalancha de residuos
El informe The Global E-waste Monitor 2017, promovido por Naciones Unidas, apunta que "todos los países del mundo generaron la asombrosa cantidad de 44,7 millones de toneladas métricas (Mt), o un equivalente de 6,1 kilogramos por habitante y año (kg/inh), de residuos electrónicos durante en 2016, frente a los 5,8 kg/inh generados en 2014. Esto viene representar cerca de 4.500 torres Eiffel cada año. Y lo peor es que se espera que la cantidad de desechos electrónicos aumente a 52,2 millones de toneladas métricas, o 6,8 kg/inh, para 2021.
La basura electrónica aumenta de un año para otro en los hogares españoles. El cajón de los cargadores de móviles, tabletas antiguos hace tiempo que se quedó pequeño y obliga a conquistar nuevos espacios de almacenamiento. Pero al margen de los pequeños dispositivos como móviles y tabletas se acumulan decenas de artefactos más o menos voluminosos llamados a renovarse cada diez o quince años, como los equipos de aire acondicionado, neveras, lavadoras, lavavajillas, secadoras, televisores, monitores, portátiles, consolas de videojuegos, routers, impresoras, fluorescentes, bombillas, lámparas de alta intensidad y led, aspiradoras, microondas, freidoras, ventiladores, tostadoras, afeitadoras, básculas, aparatos de radio, altavoces portátiles, cámaras, juguetes eléctricos y electrónicos, pequeñas herramientas eléctricas y electrónicas... la lista podría prolongarse de forma casi interminable. De hecho, no hay sitio en el hogar donde repose la vista que se cruce con algún aparato tecnológico susceptible de reciclado. Cada producto tiene una vida útil diferente, lo que invita a los usuarios a reciclar de forma inapropiada cada artefacto.
Vida media de los smartphones
En el caso de los móviles, la vida media de estos equipos en España ronda los 20 meses, según datos de la consultora Kantar correspondientes a 2015, lo que supone un trimestre más que 2013. No obstante, y pese a que no existen datos actualizados, los analistas puntan que la pervivencia de los equipos ha ido aumentado en los últimos años. En el Reino Unido, por ejemplo, se eleva la vida media de los móviles hasta los 23,2 meses, mientras que en Italia se cifra en 17,7 meses. El mismo informe de Naciones Unidas ya pone de relieve la conveniencia de promover un cambio cultural: "Ha existido un intenso debate sobre la creciente sociedad desechable, que se caracteriza por el consumismo y la tendencia a tirar a la basura y comprar algo nuevo en lugar de mantener y reparar. Así, una creciente clase media global con los ingresos más altos a menudo prefieren comprar un nuevo producto o dispositivo, ya que en muchos casos esto refleja un símbolo de estatus y reconocimiento social". Entre unas cosas y otras, algunos usuarios prefieren comprar nuevos productos para evitar cualquier problema, especialmente cuando el periodo de garantía ha terminado.