
Con 510 millones de euros de presupuesto y un bagaje de 11 millones de beneficiarios solo en 2017, el enfoque social de laCaixa tiene un papel prominente en España. Dos de sus iniciativas emblemáticas cumplieron el año pasado una década de vida, con notables resultados.
CaixaProinfancia se creó en 2007 para romper el círculo de la pobreza que se transmite de padres a hijos. Está dirigido a familias con menores de entre 0 y 18 años en situación de pobreza y de exclusión social, y ofrece de forma gratuita refuerzo educativo y equipamiento escolar, talleres educativos para las familias y campamentos de verano. Paralelamente, facilita servicios prosalud: alimentación e higiene infantil, gafas y audífonos, logopedia y apoyo psicológico.
A lo largo de este ejercicio habrá beneficiado a 80.500 niños. Los datos son esperanzadores: la media de niños y niñas que abandonan el colegio es del 30 por ciento; allí donde está presente CaixaProinfancia, el porcentaje baja hasta llegar al 7 por ciento.
En esta línea opera también el proyecto ProFuturo, como parte de una alianza estratégica con la Fundación Telefónica. El objetivo aquí es facilitar el acceso a una educación universal de calidad mediante la aplicación de metodologías innovadoras y paliar así la brecha educativa y tecnológica en países de África, América Latina y el Sudeste Asiático.
Trabajar para el futuro
También en 2007 Obra Social lanzó el programa Incorpora, consciente de las dificultades suplementarias que encuentran las personas de colectivos vulnerables para acceder a un empleo. Incorpora fortalece las competencias personales y laborales de los participantes con cursos y prácticas no laborales adaptadas a las necesidades del tejido empresarial de cada provincia.
El 56 por ciento de las personas que participan consiguen empleo. En lo que va de 2018, Incorpora ha promovido la contratación de 15.852 personas en situación de vulnerabilidad en toda España –un 12 por ciento más que en 2017–.
EduCaixa es otro de los pilares de la Obra Social de la entidad. Su objetivo es promover el desarrollo competencial del alumnado, y ofrecer a la comunidad programas y prácticas de eficacia demostrada, además de recursos y actividades: las ayudas para financiar la evaluación de programas educativos; la formación de directores de centro y docentes; el establecimiento de alianzas internacionales, y la mirada digital sobre los contenidos para facilitar el acceso de toda la comunidad educativa conforman la estrategia.
Por añadidura, desde el año 1982, la Obra Social laCaixa convoca anualmente un programa de becas dirigido a estudiantes que quieran ampliar su formación realizando estudios de posgrado. En la presente edición, se convocan 227 becas para estudiar en centros superiores de España, el resto de Europa, América del Norte y la zona de Asia-Pacífico. Desde su lanzamiento, ha concedido un total de 4.544 becas.
La apuesta por la educación se completa con el impulso a la educación financiera. La Asociación de Voluntarios ha realizado más de 100 talleres de educación financiera en España en colaboración con el Instituto de Estudios Financieros (IEF), con el propósito de promover la inclusión social de personas en situación de riesgo de exclusión: se enseña a elaborar un presupuesto familiar, aprender a ahorrar, evitar endeudarse y manejarse en el uso de las tarjetas de crédito. La educación financiera es una de las cinco líneas de actividad que la Asociación abordará en los próximos años.