
El prestigio de las universidades no sólo está en la calidad de la docencia que imparten, sino también en los complementos que conforman sus instalaciones, como son las bibliotecas. Estos centros son lugares imprescindibles para todos los estudiantes que dejan a disposición de los estudiantes numerosos servicios. La biblioteca universitaria tiene el papel primordial de ofrecer su apoyo a la docencia y a los procesos de aprendizaje.
El SECABA-Lab de la Universidad de Granada ha elaborado un ranking que evalúa la eficiencia del sistema universitario español, con el objetivo, entre otros de conocer cuáles son más eficientes y ofrecer modelos de buenas prácticas por la mejora de las redes de lectura pública y bibliotecas universitarias. Este estudio fue actualizado el pasado mes de enero y comprende el año 2007 y desde el año 2011 hasta el 2018.
Para realizar esta clasificación, los especialistas se han basado en una serie de indicadores de calidad, concretamente en el indicador de la potencia del sistema, concibiendo la biblioteca como un sistema con entradas, refiriéndose al personal, equipación, presupuesto, colección y salidas en cuanto a circulación, es decir, el uso de los recursos de información. De esta forma, hay tres situaciones diferentes: potencia (que produce más salidas que entradas); sin potencia (que hay las mismas entradas que salidas); y en dispotencia (que hay más entradas que salidas). Los datos con los que se trabaja están extraídos de la Red de Bibliotecas Españolas Universitarias (Rebiun), formada por las bibliotecas de las 76 universidades (50 públicas y 26 privadas), miembros de la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) y el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
Solo dos privadas
A la hora de analizar el ranking, entre las diez primeras universidades tan solo hay dos privadas, la Universidad Europea de Madrid, en cuarto puesto y la Universidad Francisco de Vitoria en octava posición. Todas las que se sitúan entre las 10 primeras se encuentran en el grupo de potencia, lo que quiere decir que producen más salidas que entradas. A partir del puesto 16, las instituciones educativas empiezan a ser dispotentes.
Según esta clasificación, las bibliotecas producen beneficios, que son entendidos como "el capital más humano que consiguen las personas, ciudades y países que frecuentan y hacen uso de estos establecimientos, así como un aumento del capital cultural". Mientras que la Universidad Autònoma de Barcelona, la Pablo de Olavide y la Politècnica de València son ejemplos de buenas prácticas en cuanto a sus bibliotecas, deben hacer una revisión exhaustiva de su actividad bibliotecaria las Univesidades Pontificia de Salamanca, privada, la Cardenal Herrrera-CEU, también privada y la Universidad de Valladolid, que se encuentra en los últimos puestos de este ranking.
Las bibliotecas se caracterizan por producir un aumento del capital cultural
Por su parte, la Universidad de Córdoba, que ocupa la octava posición, le ha dado especial importancia a los servicios bibliotecarios desde los años 70 y tras la conjunción de estos dos factores lo ha conseguido: la apuesta institucional por una completa renovación especial, en la que se produjo la fusión de todas las bibliotecas y el compromiso con la innovación tecnológica y la calidad, que ha llevado la automatización de todos los servicios técnicos y al usuario. Uno de los principales objetivos de la biblioteca de esta institución y que le pueden diferenciar de otros establecimientos es que intenta potenciar la relación con los usuarios, así como apostar por el entorno cooperativo.
Entorno investigador
Arsenio Gutierrez, director de la Biblioteca de la Universidad de Almería, manifiesta que lo que hace que la institución ocupe el séptimo lugar en la tabla es por el apoyo que ofrece la biblioteca en el entorno investigador, docente y en el aprendizaje. El edificio de la UAL tiene más de 16.000 metros cuadrados, divididos en cinco salas de lectura con 1.900 puestos, 9 salas de trabajos en grupo con 232 puestos, etc. Además, entre los recursos de información destacan más de 230.000 libros impresos y 328.000 libros electrónicos, equipamiento informático o servicio de copistería. Además, ofrecen a los usuarios puestos de lectura adaptados a personas con discapacidad, así como seminarios de docencia. "En la última encuesta de Satisfacción de Uusuarios, realizada en 2019, la Biblioteca obtuvo una puntuación de 8,56 sobre diez", indica Arsenio.
Las universidades privadas están normalmente más sometidas a las críticas en cuanto a su calidad educativa que a las públicas. En el caso de este ranking, únicamente dos instituciones privadas aparecen entre las diez primeras. Elena Gómez Sánchez, directora de la Biblioteca CRAI Dulce Chacón de la Universidad Europea considera que "por sus propias características, esta biblioteca ocupa un papel muy relevante en el conjunto de la comunidad universitaria", indica. El foco de distinción frente a otras bibliotecas lo pone en el uso destacado de tecnologías y contenidos digitales "vinculados al ámbito del aprendizaje, la docencia y la investigación", explica.
A la hora de cuestionarse los motivos reales por los que la Biblioteca de la Universidad Europea está entre las diez primeras del mundo, Gómez Sánchez manifiesta que uno de los pilares es la atención personalizada, pero que además, "la contribución al desarrollo de las competencias digitales en la comunidad universitaria y la amplia oferta de recursos y servicios", suman puntos a esta institución.