
La pandemia mundial del COVID-19 ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos. En un tiempo récord todos los agentes sociales y económicos han tenido que ir adaptándose a la inesperada y desconocida situación que el coronavirus ha ido dejando a su paso.
La educación es uno de los sectores más afectados. Se ha instaurado de forma urgente y prácticamente obligatoria, un nuevo modelo de enseñanza que busca hacer posible el aprendizaje sin acudir a los centros de estudio, no exento de incertidumbre para docentes, alumnos y padres.
El inicio
El 11 de marzo de 2020 se produjo el primer indicador del fin de una era educativa: el cierre, a causa de la alta y rápida propagación del COVID-19, de colegios y universidades en Madrid y en La Rioja, dejando a más un millón y medio de alumnos en casa solo en la capital. Hasta el 16 de marzo, se irían sumando el resto de comunidades, aumentando el número de estudiantes que estudiarían de forma online a casi 10 millones en todo el país. La medida fue decretada para aplicarse durante dos semanas pero ante la imposibilidad de frenar el virus, esos 15 días iniciales se han convertido en más de 70 y a priori, sin fecha de fin.
A principio de mes el Gobierno declaró que estima la vuelta a las clases presenciales para septiembre, eso sí, "mientras no haya vacuna, no será un retorno normal". La ministra de Educación, Isabel Celaá aclaró que la idea es seguir trabajando telemáticamente combinando grupos reducidos in situ en cada aula, de 15 alumnos, respetando la distancia social, algo considerado "inviable" por centros concertados, ya que resulta "imposible" desdoblar al profesorado y el número de aulas. El secretario general de Escuelas Católicas, José María Alvira, declara a Europa Press: "Sería bueno que se consultara con los sectores afectados, que somos los que entendemos cómo funciona un colegio. No se trata de proponer ocurrencias que son difíciles de cumplir".
El plan de desescalada presentado por el Ejecutivo además plantea que algunos centros abran durante la fase 2 para refuerzo o para excepciones como pueden ser los estudiantes de 2º de Bachillerato que estén preparando pruebas de acceso a la universidad. Un concepto apoyado por algunas comunidades autónomas pero rechazado por sindicatos y profesores. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, apunta que la decisión recae en las autonomías, aunque "el gobierno no se desentendería".
Para intentar paliar esta incertidumbre, el 14 de mayo se acordó crear un plan coordinado entre comunidades autónomas y Gobierno "que permita incrementar los recursos para avanzar en la digitalización", contemplando varios escenarios posibles en la evolución de la pandemia: "En todo caso, se deberán programar contenidos adecuados para la enseñanza a distancia y hacer previsiones para la eventual evaluación online de partes del curso", añaden desde el Ministerio, que aboga por aprovechar "las buenas prácticas desarrolladas" estos meses.
Casi 10 millones de estudiantes han tenido que seguir el curso desde casa
Ventajas y desventajas
Al principio del confinamiento, el personal educativo se enfrentaba de repente y sin más remedio, a una docencia totalmente online y con ella, asegurarse de que se disponía de los medios tecnológicos y de la coordinación necesaria para poder llevarla a cabo: "Estamos experimentando un momento especialmente grave, en el que debemos adaptarnos para garantizar tanto la seguridad de nuestros alumnos como la continuidad de sus carreras académicas", declara Frank Bournois, Presidente Ejecutivo y Decano de ESCP Business School, escuela de negocios que acoge cada año a más de 6.000 alumnos y que, con la crisis sanitaria, ha visto una oportunidad para potenciar su faceta virtual. "Todo el campus de Madrid ha adaptado, con una gran celeridad, todos los contenidos de cada programa para que los alumnos puedan continuar con el ritmo natural del curso vía online", comenta Javier Tafur, director del Campus de Madrid de ESCP.
Hélène Colinet, profesora y formadora de docentes considera que "estamos en un momento donde se avecinan cambios importantes y donde el sistema educativo tiene que adaptarse a marchas forzadas a un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje". Así, los centros buscan fórmulas para poder desarrollar el curso de la manera más fidedigna posible a la situación anterior y evitar la posible desmotivación del estudiante al no tener relación física con el docente.
Cursos totalmente digitalizados en los que el profesor puede dialogar con los alumnos de forma oral o escrita, y cuestionarios online son algunas de las herramientas utilizadas por ESCP durante esta era: "Permiten trazar la comprensión y asimilación colectiva de conocimientos, en cada momento, tanto de los alumnos in situ como en línea. Con las opiniones recogidas es posible organizar debates entre ellos, reuniéndolos en diferentes salas", aporta el profesor de ESCP, Emmanuel Zilberberg.
Hace unas semanas se llevó a cabo en la CEU San Pablo, la realización del primer examen de acceso al grado de Medicina de forma online con un total de 733 candidatos mediante proctoring, tecnología que garantiza la identidad de los alumnos. La rectora de la Universidad y Directora de Universidades CEU, Rosa Visiedo declara: "El futuro de la educación pasa por una adecuada combinación de la formación presencial con la virtual" y apunta a la continuidad de las clases a distancia a pesar de existir presenciales.
CEU San Pablo asegura que pasó con éxito en 48 horas de la enseñanza presencial a la online: "Ha sido gracias a la anticipación a esta situación mediante la formación del profesorado, así como la inversión en recursos tecnológicos y la apuesta por la transformación digital en los últimos años, además de la velocidad de respuesta de los departamentos técnicos y de los equipos de gobierno gracias al plan de contingencia previamente elaborado".
La Universidad de Granada también apuesta por la adaptación y ha estipulado la supervisión por videoconferencia del desarrollo de los exámenes no presenciales que se realicen en el marco del plan de contingencia articulado por la crisis del coronavirus. Pero la medida tiene sus opositores, ya que la Delegación General de Estudiantes de la Universidad de Granada (UGR) ha mostrado su descontento :"No se ha tenido en cuenta la opinión del estudiantado", que era "negativa", ya que vulnera la intimidad del hogar al pedir que se active la cámara y el micrófono del dispositivo, y desigualdad al no tener algunos de ellos las herramientas necesarias para la realización del examen. Pero no solo se da esta insuficiencia de recursos en el ámbito universitario.
Según datos de Ayuda en Acción, "la crisis de la COVID-19 ha dejado a 1 de cada 10 estudiantes de primaria y secundaria con graves problemas de acceso a una educación de calidad y en igualdad de condiciones". Además aporta que en España, 300 mil menores viven en hogares que no pueden permitirse el acceso a Internet, algo totalmente imprescindible en la situación educativa actual. Cáritas también denunció a principios de mayo que "la desigualdad educativa se dispara en los hogares en exclusión social, donde a la precariedad económica y residencial se suman barreras tecnológicas. Y es que parece que otra de las consecuencuas de esta crisis es la acentuación de la brecha educativa.
1 de cada 10 alumnos no puede acceder a una educación de calidad e igualitaria
Para soportar toda estar carga tecnológica, muchas compañías de telecomunicaciones se han visto obligadas a trabajar a marchas forzadas para que el nuevo sistema educativo salga adelante: "La situación actual ha forzado a muchas organizaciones a acometer cambios rápidos en sus redes y a tener que hacer frente a nuevos riesgos en su transición. Los equipos de TI están trabajando bajo una gran presión", afirma John Maddison, EVP de producto y CMO en Fortinet.
Ya nada volverá a ser lo mismo, tampoco la educación y millones de estudiantes, por obligación o no, continuarán estudiando de forma virtual, por lo que el acceso a los recursos tecnológicos se convierte en algo vital para lograr una educación no solo de calidad, sino también inclusiva para todos.
Un 108% más de clases online en abril
Así lo recoge la plataforma de aprendizaje online CREHANA, que ha visto un crecimiento cinco veces mayor al que tienen habitualmente. Concretamente, se reprodujeron nueve millones de clases, siendo 546.000 de alumnos españoles, en su plataforma. Diego Olcese, CEO de la compañía aporta:"No solo son estudiantes, también son los profesionales y desempleados que han aprovechado este tiempo para mejorar sus conocimientos".
No es el único caso, ya que otras empresas como Blackboard, Zoom o Skype, han visto multiplicar su uso a causa de trasladar las aulas a los domicilios. La primera de ellas permite conectar a profesores con alumnos mediante vídeo y audio en salas virtuales, a la vez que se muestra una pizarra virtual o incluso dando la opción de compartir pantalla. La Universidad Pablo Olavide de Sevilla es uno de los centros que ha optado por implantarla.
Zoom ha sido durante este tiempo todo un fenómeno para realizar llamadas y reuniones virtuales, aunque recientemente se ha comprometido a realizar cambios en su seguridad tras reciber algunas quejas.