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El gasto y la inversión privados cimentan la economía de Perú, a pesar del clima adverso

  • Perú será uno de los países de la región que más crezca este año
  • La gestión económica del presidente, Martín Vizcarra, está bajo la lupa
Cusco. Foto: Dreamstime.

El panorama económico de Perú será estable este año en un contexto de lento crecimiento para América Latina y de factores internos que determinarán el rendimiento para el país, en el que se esperan pocos sobresaltos.

De esta manera, la proyección del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es optimista, al estimar que la expansión del producto interno bruto (PIB) llegue este año al 4,2% -a diferencia de 2018, cuando registró un alza de 3,9%-. Las previsiones muestran, pues, un ligero avance de la economía peruana.

Como consecuencia de esto, el Perú estaría entre los países top de mayor crecimiento de Sudamérica, junto a Bolivia (4,0%), Chile (3,4%) y Paraguay (3,5%), en medio de avance lento por situaciones externas, como la guerra comercial chino-estadounidense.

De esta manera, el crecimiento peruano se sostendrá por la demanda interna y en especial por el gasto privado, así como la inversión privada, según las estimaciones del Banco Central de Reserva (BCR). Por lo tanto, los principales aportantes al PIB serán los sectores de construcción (6,5%), agropecuario (4,5%), servicios (4,2%) y manufactura no primaria (4%).

Arranque lento

La economía peruana empezó débilmente y el primer trimestre creció solo 2,5%, pero se espera que a partir del segundo se empiece a sentir el verdadero despegue, de acuerdo con la mayoría de analistas.

El débil avance se debió a la contracción de sectores primarios como la pesca, minería y manufactura entre enero y febrero. Así como la reducción de la inversión pública en un 7,4% los primeros meses del año.

Sin embargo, se espera que a partir del segundo trimestre la economía se dinamice hasta expandirse el 2,7% y seguir avanzando -siempre y cuando no haya sobresaltos en los próximos meses-, según estimaciones del Banco de Crédito del Perú (BCP).

En cuanto a la inversión privada, este año se espera que llegue a 6,5%, sumando 38.000 millones de euros, con tendencia al alza y que sea la base del crecimiento de los próximos ejercicios.

Si se dan las condiciones estas inversiones serán las más importantes de los últimos seis años, teniendo como base los proyectos mineros Quellaveco (4.735 millones de euros), Mina Justa (1.200 millones) y la ampliación de Toromocho (1.160 millones). Además, se esperan grandes proyectos de infraestructura, como la línea 2 del Metro de Lima, la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Majes Siguas II y las obras por los Juegos Panamericanos.

Todo indica que el aumento de la inversión se prolongará durante los dos próximos años, impulsado por planes de desembolso por iniciar o ya en marcha, lo que mostraría la confianza en el clima de negocios del Perú por los inversionistas y la estabilidad política tras el caso Lava Jato.

En cuanto a las exportaciones, las proyecciones son optimistas para el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, que estima que se romperá un récord de envíos al exterior al sumar 46.500 millones de euros, superando los 42.600 millones del año pasado. En esa línea, la Asociación de Exportadores (ADEX) señaló que las exportaciones empezaron a crecer en marzo y llegando a 15,5% en el primer trimestre sumando 10.333 millones de euros; de los cuales el oro y el cobre significaron el 64,5% del total de los despachos.

Este comportamiento responderían a que a pesar del clima adverso por las tensiones entre EEUU y China los precios de los metales que exporta el Perú (cobre, zinc y oro) seguirán altos, logrando una situación ventajosa.

La cuestión laboral

El mejor medición sobre cómo va la economía peruana es la situación del empleo, pues a más inversiones la demanda laboral se activa y a su vez aumenta el nivel de consumo.

Tomando esto como base, las perspectivas laborales para este año serán austeras, como lo muestra la encuesta de empresarios sobre expectativas de contrataciones de Manpower Group, que señala que el primer trimestre se mantuvo en un rango positivo con una intención de contratación moderada.

Los empleadores serán cautelosos en 2019 y según el estudio el 74% mantendrá a su personal actual, mientras que solo un 16% ampliará su planilla de trabajadores. Esto indica que aunque éste será un año estable económicamente, no implicará un aumento significativo en contrataciones.

Las cifras oficiales parecen reafirmar esta tendencia, como las del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que muestran que el desempleo en Lima en el primer trimestre llegó a 8,2%, su tasa más alta en los últimos siete años, mientras que el crecimiento de la población con empleo aumentó 0,6% interanual.

Por otro lado, un asunto igual de significativo es la situación del trabajo informal en el Perú, el cual representa el 73% de mercado laboral y es la tasa más alta de Latinoamérica.

Según las cifras del BCR y de Apoyo Consultores este año el empleo formal privado llegará a 4,7%, un leve aumento respecto al 4,0% del 2018, lo que refleja que crear condiciones de calidad para los trabajadores será una tarea pendiente a largo plazo.

Como indican los estudios, hay una economía moderna impulsada por inversiones, competitiva e innovadora, pero hay otra que funciona sin regulación ni respeto a las condiciones mínimas de trabajo.

La explicación que da el Instituto Peruano de Economía es que mientras la economía crezca a la misma tasa del año pasado el impacto en el empleo formal será mínimo y seguirá ocurriendo que las 300.000 nuevas personas que ingresan al mercado laboral anualmente, la mitad lo haga de forma informal.

Los retos de Vizcarra

Hace casi un año Martín Vizcarra asumió el cargo de presidente del Perú, tras la renuncia de su predecesor Pedro Pablo Kuczynski, con la promesa de un Gobierno que lucharía abiertamente contra la corrupción y mantendría un clima óptimo para las inversiones.

Un año después, el caso Lavo Jato sigue trayendo consecuencias y ha arrasado con la clase política peruana, incluyendo a todos los expresidentes elegidos desde 2001, que están siendo investigados por corrupción, o casos dramáticos, como el mandatario Alan García, quien prefirió el suicidio antes que ser detenido por una orden judicial.

Si bien la ofensiva anticorrupción iniciada por el Poder Judicial fue respaldada por el mandatario e hizo que fuera popular inicialmente, tras casi un año la situación es distinta y las críticas a su gestión empiezan a aumentar.

Tal como lo muestra la reciente encuesta de abril del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), su desaprobación llegó al 46%, superando su aprobación que es de 42%, lo que indica que su discurso anticorrupción ya dejó de tener interés para la mayoría de la población que espera resultados concretos este año.

Tal parece que la luna de miel terminó y la situación económica empieza a preocupar y, como lo muestra el sondeo del IEP, el 62% opina que Vizcarra no está tomando medidas para reactivar la economía, mientras que 51% piensa que esta crece pero no como antes, lo cual es evidencia que hay una sensación de estancamiento.

El descontento hacia el jefe de Estado en materia económica es un punto fundamental, por lo tanto la reactivación será un asunto prioritario para su Gobierno este año. De lo contrario, su popularidad se reducirá más y con ella la legitimidad que de be mantener si no quiere un futuro problema político.

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