
Nuestro desafío en Argentina es revertir una tendencia de décadas y sentar las bases de un crecimiento sostenido. En los últimos años realizamos cambios nucleares en la macroeconomía y, tras los desequilibrios de 2018, nos estabilizamos con un horizonte previsible.
En diciembre de 2015 teníamos el déficit más alto en 30 años, un Banco Central quebrado y sin reservas, atraso cambiario y tarifario, actividad estancada y sin creación de empleo. En 2019 tenemos equilibrio fiscal (luego de más de diez años); un Banco Central saneado y reservas en ascenso; tipo de cambio real, competitivo y tarifas corregidas; exportaciones con cuatro años consecutivos de crecimiento; actividad con bases sólidas para crecer; reglas de disciplina monetaria y fiscal claras; política antinflacionaria; estabilidad cambiaria entre bandas, y un horizonte financiero previsible despejado con un fuerte acuerdo con el FMI.
En un año electoral el escenario es complejo, pero no hay dudas de que los argentinos confirmaremos el rumbo. Para ello hemos erigido cuatro pilares claves para la ciudadanía: institucionalidad como valor principal para el crecimiento; lucha contra la corrupción; aumento de la obra pública, y seguridad y lucha contra el narcotráfico. También continuamos con nuestra agenda de reformas de cuatro ejes para la transformación productiva: integración al mundo; economía del futuro; fortaleza del mercado interno; mejorar la competitividad sistémica.
Potenciamos la integración al mundo mejorando el acceso a los mercados, facilitando el comercio y aumentando el financiamiento y los beneficios fiscales. Argentina tiene condiciones para el desarrollo de la innovación a través de un sólido ecosistema emprendedor y una agenda pública para el futuro de la producción y el empleo.
El mercado interno cada día se muestra más sólido, con reglas transparentes e instituciones fuertes. Estamos aumentando la competitividad transversal de la economía para que haya cada vez más inversiones y empleo de calidad, facilitando el comercio exterior, quitando trabas y avivando las inversiones. Nuestro objetivo es reducir la presión tributaria, formalizando el empleo y minorando los costos laborales.
Estamos en un momento crucial, pero podemos decir, sin lugar a dudas, que hay mucho espacio para el crecimiento y oportunidades de negocio en todos los sectores en Argentina.