
Este domingo 25 de marzo los relojes se adelantan una hora -en España, a las 2 serán las 3- para aprovechar más los días de verano mientras el debate sobre la necesidad de dejar de adaptar los relojes sigue abierto sin acuerdo. La directiva comunitaria 2000/84/CE está detrás de los dos ajustes que se hacen cada año.
A finales de marzo, una vez entrada la primavera en aprovechamiento de la luz solar y para reducir el consumo eléctrico, ocurre el primero.
En España, las manecillas se manipularon por primera vez en 1942, en un movimiento del dictador Franco para cuadrarse con su 'colega' alemán. Antes, el horario español estaba sincronizado con el de Inglaterra o Portugal. Fue con la crisis del petróleo del 74 cuando el ajuste de hora fue más generalizado; el ingenio encontró esta solución para reducir el consumo. Desde 1981, toda Europa ajusta los relojes a la vez.
Sin embargo, estos cambios que surgieron como solución a un problema de consumo están ahora en entredicho. Diferentes partidos políticos (PP, PSOE y Ciudadanos lo incluyen en sus programas) y expertos piden un horario unificado y que se dejen de ajustar los relojes en marzo para una mejor conciliación y para evitar problemas de salud. Fuera de Europa lo hacen menos del 40% de países, según Efe.
De no cambiar el próximo domingo los relojes, el horario de España se sincronizaría con el meridiano de Greenwich, habría más luz por la mañana y nos iríamos a dormir antes por la noche. Dificultad para conciliar el sueño o para espabilar por la mañana, son los principales problemas que padecen las personas -sobre todo mayores y niños- con el cambio que llega ahora; la adaptación a la nueva hora puede prolongarse hasta dos semanas.
Este debate llegó a la Comisión Europea, que a instancias de la Eurocámara y a petición de Finlandia, estudia los beneficios y las consecuencias que tendría dejar atrás este ajuste y optar por la unificación de horarios.
El otro cambio se da en la madrugada del domingo del último fin de semana del octubre, cuando los relojes se atrasan -a las 3 son las 2 en España-, para deshacer el anterior y volver a la luz de invierno, cuando amanece antes y anochece antes.