
La llegada de José Blanco al Ministerio de Fomento ha convertido al ministerio inversor por antonomasia en ariete de una buena parte de la estrategia anticrisis del Gobierno socialista, en detrimento de la gestión de su antecesora en el cargo, Magdalena Álvarez.
Blanco comenzó su andadura en Fomento hace dos meses prometiendo inversiones y desbloqueando proyectos que por uno u otro motivo se encontraban pospuestos, dilatados o estancados en tiempos de su predecesora.
En medio de este nuevo impulso a la infraestructura imprimido por Blanco, cabe ahora plantearse, dotaciones presupuestarias aparte, cómo se van a financiar las iniciativas. Por lo pronto, los proyectos prometidos y comprometidos rebasan los 13.300 millones y afectan a todas las esferas de actividad.
Formalmente, Fomento cuenta en los Presupuestos con 8.104 millones de euros y el Plan Estatal de Infraestructuras del Transporte (PEIT) 2005-2020 tiene una dotación de 19.000 millones para este año. En condiciones económicas normales esta cantidad atendería al Estado de obras suficientemente, pero el Gobierno ha puesto toda la carne en el asador para intensificar las inversiones-choque contracíclicas.
Esperados planes de Cercanías
Por su volumen, los planes de ferrocarril de Cercanías de Madrid, por un importe de 5.000 millones de euros y Barcelona, por 4.000 millones, son los más ambiciosos. También los más esperados y los más polémicos en la gestión Álvarez, por lo que tuvieron de confrontación con los Gobiernos autonómicos respectivos. También se abordará en breve la mejora de las infraestructuras ferroviarias de Canarias (10 millones) y Baleares (443, 7 millones), con cargo a los presupuestos ordinarios del Ministerio. Además, Fomento pondrá en marcha la remodelación de 500 estaciones, por un importe aún no determinado.
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