
Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy, destacó este jueves que no hay una única solución para las tres grandes incertidumbres existentes sobre el futuro de la energía: "Crear un plan medioambiental, que sea sostenible económica y socialmente, y hacerlo a unos costes competitivos". Y acudió a un símil matemático para ello: "La solución de las ecuaciones diferenciales con condiciones de contorno tienen resultados no homogéneos con más de una solución real".
Reynés señaló que la UE está impulsando a sus miembros a buscar soluciones sostenibles desde esa triple perspectiva, diseñando planes para transformar sus modelos energéticos que sean compatibles con la expectativa climática. Y advirtió que, en relación a estos planes, como sucede con las ecuaciones, "cuantas más restricciones incorporemos, más difícil lo tendremos".
Reynés hizo estas declaraciones durante la inauguración del primer encuentro de alto nivel organizado por la Fundación Naturgy bajo la denominación Energy Perspectives, que se celebró el jueves en la sede del IESE en Madrid y giró alrededor del debate entre Michael Liebreich, experto en transición energética y movilidad, y fundador de la consultora Bloomberg New Energy Finance, y Claudio Aranzadi, ex ministro de Industria y Energía.
Las conversaciones de alto nivel de Energy Perspectives responden a la trascendencia del ámbito energético, que van más allá del propio sector, a la profundidad de los cambios que está experimentando y a que, como indicó Reynés, "como compañía nos pareció tremendamente interesante que gente muy reputada de la industria pudiera ayudarnos a clarificar el modelo energético de futuro". Después señaló que se celebrarán al menos tres encuentros cada año: "por eso pensamos que era bueno apoyarlo de una forma continuada".
Los ponentes de este primer debate centraron sus intervenciones sobre una terna de elementos: mientras que Liebreich explicó por qué en 2040 viviremos en "el mundo de los tres tercios" -un tercio de la electricidad tendrá origen eólico y solar, un tercio de los vehículos serán eléctricos y se producirá un tercio más de PIB por unidad energética consumida-, Aranzadi abordó tres temas particularmente controvertidos: los costes de la mitigación climática, la regulación del sector eléctrico y el impacto geopolítico de la evolución prevista del petróleo y la energía nuclear.
El mundo de tres tercios
Liebreich, optimista y desenvuelto, ancló su previsión del mundo de tres tercios en el desarrollo tecnológico experimentado hasta ahora por las tecnologías limpias, sobre todo las renovables eléctricas eólicas y fotovoltaicas.
Explicó cómo las previsiones de los organismos internacionales sobre el coste y el crecimiento de estas tecnologías se habían quedado estrepitosamente cortas y cómo la inversión, estabilizada desde inicios de la década en unos 350.000 millones de dólares anuales, estaba disparando su volumen de instalación, gracias a la reducción de costes.

Sobrevoló por los problemas que plantea su integración en el sistema energético y ejerció una cerrada defensa del vehículo eléctrico, recalcando que no habrá problema de abastecimiento de materias primas para ellos y que se extenderán a prácticamente todos los ámbitos de la movilidad, incluido el transporte aéreo y naval.
Igual de optimista se mostró con el desarrollo de las medidas de ahorro y eficiencia, ligadas a la progresiva digitalización, aunque reconoció que no se avanza lo suficientemente rápido para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, y otorgó mucha importancia al gas natural como elemento clave de la transformación energética.
Mucho coste a partir de 2030
Aranzadi, mucho más sobrio, prefirió señalar los problemas. Según su análisis, entre 2030 y 2050 los costes de mitigación del calentamiento global van a crecer necesariamente, por la necesidad de descarbonizar sectores difusos de la economía, el transporte aéreo, el naval, la industria... Apuntó que introducir señales de precio ligadas a las emisiones de CO2 -su coste social ronda 30 o 40 dólares por tonelada- no será suficiente.
Luego trató el problema de la señal para invertir en un mercado eléctrico marginalista y la necesidad de disponer de mercados de capacidad centralizados -Liebreich prefirió modelos descentralizados- para garantizar el suministro. Recalcó que la evolución del petróleo es incompatible con los objetivos de París y alertó sobre el poderío de China en tecnologías limpias.
Rafael Villaseca, presidente de la Fundación Naturgy, clausuró el encuentro recordando que Energy Prospectives se ha creado porque "los problemas no se resolverán únicamente poniendo objetivos, hace falta debatir sobre cómo conseguirlos".