
Gas Natural Fenosa (GNF) está totalmente volcada en la elaboración de su Plan Estratégico -que presentará en junio- y "no está considerando ni estudiando" participar en proyectos de concentración empresarial, según aseguró este jueves su presidente Francisco Reynés, durante la presentación de resultados de la multinacional. Su posición -"primero necesitamos trabajar internamente para alcanzar el valor real de la compañía"- descarta una operación con EDP u otras energéticas, y contrasta con la de Iberdrola y Enel, enzarzadas por el control de Eletropaulo en Brasil.
GNF ganó 320 millones hasta marzo, un 7% más que en el mismo periodo de 2017, con un resultado bruto operativo (ebitda) de 1.053 millones, un 2,7% más elevado. En términos recurrentes, los incrementos aumentan hasta el 32,8 y el 7,8%, respectivamente. Las ganancias en eficiencia y, sobre todo, el buen comportamiento de los negocios gasistas -aprovechó los buenos precios del invierno en el hemisferio norte y sus buques metaneros- impulsaron el resultado: los ingresos por la comercialización del hidrocarburo crecieron un 63%, hasta los 225 millones.
Por otro lado, la firma registró plusvalías de 168 millones tras la venta de los negocios de distribución y venta de gas en Italia, pero se neutralizaron con provisiones de 170 millones por el deterioro de activos en el proceso de optimización de cartera.
2.000 millones a bajar deuda
GNF ha destinado el grueso de los 2.236 millones de euros obtenidos por la venta de los negocios en Italia y del 20% de su red de distribución de gas en España a reducir la deuda neta -se queda en 13.031 millones, un 14% menos que al cierre de 2017-, al objeto de mejorar la solvencia financiera, "algo que estará claramente incluido en el Plan Estratégico", según Reynés.
Gracias a esta anotación, y a la refinanciación de enero -emitió bonos a 10 años por 850 millones para recomprar 916 millones en obligaciones-, ha reducido el coste de la deuda del 3,4% al 3%.
Reynés apuntó que la compañía está enfocándose en la generación de caja -"flujo de caja significa creación de valor; flujo de caja significa más eficiencia y más disciplina en las inversiones", apuntó Reynés-, razón por la que los desembolsos de capital -excluyendo proyectos singulares- bajaron un 10%, quedándose en 300 millones.
Entre las inversiones destacan el arrendamiento de un metanero en marzo por 185 millones y las destinadas a las renovables: en España subieron un 91% por la construcción de parques eólicos en Canarias.
1.450 millones en renovables
La inversión en estos parques, de 66 millones, es una pequeña parte de la que ya tiene comprometida hasta 2020: alrededor de 1.450 millones, entre España y el extranjero.
En España este año prevé construir 280 MW eólicos y 100 MW fotovoltaicos; y durante el primer semestre del que viene otros 390 MW eólicos y 150 MW solares. La inversión rondará los 930 millones.
En el extranjero, con un gasto de capital de 515 millones, instalará este año 174 MW eólicos (Australia) y solares (Brasil) y 330 MW de las dos tecnologías en Chile en 2020.