En línea con la estrategia impulsada por la Unión Europea y los objetivos alcanzados en el Acuerdo de París, el gas natural está llamado a convertirse en uno de los protagonistas en una economía baja en carbono, como parte de la solución en la lucha contra el cambio climático, a través de una política activa del mercado. Toda la información del sector en la nueva edición de elEconomista Energía
Junto a las energías renovables, permitirá a España alcanzar los objetivos 2030 marcados por Europa de forma económicamente eficiente. Así se desprende del último informe elaborado conjuntamente por la patronal de gas -Sedigas- y la consultora KPMG, donde se analiza el papel de este combustible como parte del futuro energético a nivel nacional y europeo en 2030.
Según revela el informe, España podría llegar a obtener un ahorro de hasta 223 millones de euros anuales en un escenario con un peso del 33 por ciento del gas en el mix energético en 2030 -en lugar del 27 por ciento marcado por Europa.
Uno de los principales beneficiarios sería el consumidor final. En el caso del sector residencial, ?la sustitución de biomasa y otros combustibles más contaminantes -como el gasóleo y el carbón-, por gas natural por motivos logísticos, medioambientales, económicos y de mantenimiento, supondría un ahorro de 185 millones de euros anuales, es decir, unos 341 euros por hogar, además de una reducción en las emisiones de partículas nocivas como NOx, SO2 y PM, que mejorarían la calidad local y global del aire?, apunta Marta Margarit, secretaria general de Sedigas. En el caso del sector terciario, el ahorro anual cuantificado ascendería a 38 millones de euros -ver gráfico-.
En el sector del transporte -principal causante de la contaminación en las ciudades, con un 51 por ciento de las emisiones- el gas natural se configura como una alternativa real para el tráfico rodado, ya que contribuye a reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno en más de un 85 por ciento y las de CO2 en un 20 por ciento, reduce casi en su totalidad las partículas en suspensión y mejora los índices de contaminación acústica porque este tipo de motores son un 50 por ciento menos ruidosos que los motores diésel.
Utilizado por más de 20 millones de vehículos en todo el mundo, en los últimos cinco años el número de vehículos propulsados con gas natural se ha duplicado. En España circulan más de 5.000, de los que el 33 por ciento son autobuses, el 28 por ciento camiones de recogida de residuos urbanos y un 15 por ciento taxis y vehículos ligeros para distribución urbana. Las previsiones apuntan que el número de vehículos a gas natural en España superará los 800.000 en un plazo inferior a 30 años.
Según apunta el informe, el alto grado de desarrollo de las infraestructuras gasistas españolas favorece, sin duda, la penetración del gas natural sin comprometer los objetivos europeos a 2030 y sin que se produzca un incremento en los costes. España cuenta, en la actualidad, con seis plantas de regasificación y seis puntos de conexión internacional que, además, contribuyen a mantener la seguridad de suministro.
Uno de los proyectos pendientes de desarrollar es el gasoducto MidCat entre Francia y España, una interconexión valorada en unos 3.000 millones de euros, que elevaría al 15 por ciento la capacidad de interconexión entre ambos países. La puesta en marcha de esta conexión, apuntan desde el sector, mejoraría el peso de España como centro de comercio de gas y el funcionamiento del recién estrenado mercado mayorista.
Sin embargo, el regulador francés en materia de energía (CRE), ha emitido un informe reciente en el que solicita la elaboración de un nuevo estudio por parte de los gestores de las redes gasistas de España y Francia para determinar si existe la necesidad de esta infraestructura por una posible relación desfavorable entre costes y beneficios, a la vista de la evolución del mercado del gas en los últimos años, caracterizado por la estabilidad de la demanda y la sobrecapacidad existente.
Apuesta por los ciclos combinados
Además del ahorro económico en los sectores residencial y terciario y de su contribución en la reducción de emisiones contaminantes en el sector del transporte, el gas natural también constituye un apoyo esencial para aumentar la penetración de las energías renovables en el sector eléctrico.
El informe indica que el sector eléctrico es indispensable en la estrategia europea de renovables y apuesta por los plantas de ciclo combinado para garantizar la estabilidad en el sector, ?ya que aportan firmeza, flexibilidad y cuentan con una alta capacidad instalada?, superior a los 27.000 megavatios.
Lo cierto es que esta tecnología no se encuentra en su mejor momento, ya que actualmente presenta un nivel de utilización inferior al 10 por ciento anual. De hecho, empresas como Iberdrola y Endesa han pedido el cierre de alguna de sus centrales alegando que no son rentables por su bajo uso y, hace tan solo unos días, Gas Natural Fenosa ha presentado en la Audiencia Nacional una demanda por responsabilidad patrimonial contra el Estado por el impacto sufrido por la expulsión de sus centrales térmicas de gas desde el año 2009. La empresa reclama 400 millones de euros en concepto de indemnización.
A pesar de todo, y ante un posible aumento de la capacidad en renovables de un 8 por ciento en el mix eléctrico en 2030 -que supondría la instalación de 25 nuevos gigavatios-, el informe señala que sería necesario aumentar entre 5,5 y 10 gigavatios la capacidad actual de los ciclos combinados como respaldo del sistema, que requeriría una inversión de entre 5,5 y 10 millones de euros, es decir, 1 millón de euros por gigavatio instalado.
A finales del citado periodo, el 49 por ciento de la producción eléctrica se produciría con renovables, el 26 por ciento con ciclos combinados, el 8 por ciento con cogeneración y el 16 por ciento restante con otras tecnologías.
La industria es otro de los sectores en los que el gas natural juega un papel esencial, ya que es un componente determinante en los costes de las empresas industriales y, por tanto, un factor decisivo para su competitividad. Según el informe, mantener la demanda de gas natural es imprescindible para ayudar a la competitividad de la industria nacional que, actualmente, consume casi un 50 por ciento de este combustible.
Entre las ventajas del uso del gas natural en la industria, el informe señala su alto poder calorífico, ya que reduce la cantidad de combustible necesario; no requiere invertir en almacenaje ni preparación previa; es flexible porque permite arranques y paradas de forma rápida; aumenta la eficiencia energética, ya que las industrias con cogeneración aprovechan el calor para generar también electricidad; emite bajos niveles de CO2, garantizando un precio competitivo; permitirá una mayor transparencia del precio del gas y acelerará la convergencia de los mismos con la Unión Europea gracias a la puesta en marcha del mercado secundario; y garantiza la seguridad de suministro gracias a la diversidad de alternativas de provisión.
Sin embargo, recoge el informe, su desarrollo y mayor implantación no será posible sin el desarrollo de políticas medioambientales adecuadas a nivel nacional, que apuesten por objetivos de calidad del aire más ambiciosos en las ciudades y aumenten la penetración del gas natural en el transporte y en los sectores doméstico y residencial con la instalación de nuevos equipos de calefacción a gas.
Precios del gas natural en España
Según el informe ?Competitividad industrial y precios del gas en España?, encargado por GasIndustrial a la consultora Energía Local, los industriales españoles están pagando precios muy por encima de los que pagan sus competidores europeos e internacionales, entre un 20 y un 25 por ciento más en un periodo de siete años. En el caso de los costes regulados, España tiene unos costes de acceso un 45 por ciento superiores a los de la media europea. Los industriales españoles pagan el doble que los franceses, el triple que los británicos o seis veces lo que los alemanes.
Por otra parte, aunque el informe señala que nuestro hub ha ido convergiendo en precio con otros hubs europeos en el último mes, este avance no sirve de nada porque no hay liquidez ni productos adaptados a la industria. En España, MibGas solo negocia 2/3 GWh/día, es decir, menos del 1% de la demanda nacional. La asociación pide al próximo Gobierno que se desarrolle el hub ibérico, revise los costes regulados, impulse la apertura del mercado y promueva la competencia.