El inesperado anuncio de una ampliación de capital de 650 millones por parte de Abengoa hundió este lunes las acciones de la compañía sevillana un 30,87%, hasta situarse en los 1,42 euros y en la sesión de hoy prosiguieron con su caída, aunque menor, del 26,2%. El grupo de ingeniería y energía destinará los fondos que obtenga en esta operación a reducir deuda y fortalecer sus fondos propios, en un intento de aplacar las dudas que rondaban en el mercado sobre la liquidez de la empresa.
La compañía no ofreció este lunes a la CNMV más detalles sobre la ampliación, que podría suponer, según la cotización actual, una dilución para el accionista del 48,7%, en caso de que este decida no acudir.
Tras el desplome de este lunes, el grupo tiene una capitalización bursátil de 1.335 millones de euros, lo que implica que la compañía ha perdido la mitad de su valor en bolsa desde principios de julio, cuando valía 2.600 millones. La tendencia negativa de Abengoa durante el último mes es, precisamente, lo que quiere frenar el grupo con esta ampliación, con la que espera recortar 300 millones de deuda. Así, reduciría su pasivo en un 4,5%, que al cierre del primer semestre se situaba en 6.554 millones de euros.
En este sentido, el banco de inversión Renta 4, destacó en su informe diario que el grupo pretende "frenar las dudas de los inversores en cuanto a la dificultad que tiene la compañía en encontrar financiación, generar caja operativa y conseguir un modelo de negocio financieramente sostenible".
La ampliación, con derecho de suscripción preferente, fue aprobada por unanimidad por el Consejo de Administración y tendrá que ser ratificada por los accionistas en una junta extraordinaria, que todavía no tiene fecha fijada, si bien los analistas esperan que se produzca en septiembre. De momento, la familia Benjumea, principal accionista de Abengoa a través de Inversión Corporativa IC, con el 57,34% del capital, ha manifestado que participará en la ampliación de capital con nuevos fondos.
Adicionalmente, Abengoa ha lanzado un nuevo plan de desinversiones por un total de 500 millones de euros, que incluyen los 400 millones ya anunciados el pasado viernes 31 de julio. Así, los 100 millones restantes se esperan lograr con la venta de activos de bioenergía.
La compañía espera recibir todos los fondos derivados de este plan gradualmente, hasta el primer trimestre del año que viene.
Asimismo, la compañía subrayó que el aumento de capital y el plan de desinversiones son "plenamente consistentes" con su estrategia, centrada en mantener y continuar desarrollando su plan 3.0. Este consiste en lograr menores requerimientos de inversión, adoptar cuantas acciones sean necesarias para reducir su coste financiero y reafirmar su compromiso de mejorar su rating.
Por otro lado, el Consejo de Administración se reunió este lunes para examinar y someter a aprobación un plan estratégico revisado que incluirá objetivos anuales de flujos de caja, así como límites máximos de inversiones en capex para los próximos años, "que permitan obtener un rating de BB- a finales de 2016", explicó la compañía.
El anuncio de la ampliación de capital, llega tan sólo unos días después de que el grupo presentara sus resultados semestrales, en los que se vislumbró una leve mejora, del cinco%, hasta alcanzar un beneficio de 72 millones. Asimismo, sus ingresos crecieron un 3%, hasta los 3.390 millones.
Si bien las cifras parecen positivas, reflejan también las dificultades que puede tener la compañía para alcanzar las previsiones de beneficio para este año que anunció en febrero. El grupo esperaba incrementar su resultado entre el 125 y 150%, lo que supondría situar su beneficio al cierre de 2015 entre los 227 y 310 millones. A pesar de las dificultades, Abengoa mantiene las previsiones y para ello ha diseñado un plan de recorte de costes a escala global para reducir la cúpula, maximizar las compras centralizadas y profundizar en la búsqueda de sinergias. Con estas medidas espera ahorrar 15 millones este año y 50 millones en 2016.