En los últimos meses este diario ya ha adelantado el golpe para eléctricas y renovables, la ampliación de la vida útil de las nucleares, la tarifa con discriminación horaria o la hibernar de las plantas de gas
El Ministerio de Industria ha sido un búnker en los últimos meses para evitar filtraciones de la reforma energética, que finalmente fue aprobada ayer en Consejo de Ministros. Sin embargo, elEconomista ha conseguido ir desvelando detalles de los recortes y adelantarse a la competencia.
Ya en marzo se adelantaron la dureza de los recortes. En concreto, el golpe para las eléctricas vendría de la mano de la distribución, tal como ha ocurrido y para las renovables con medidas de carácter retroactivo.
No obstante, el sector advierte que una de las tecnologías más castigada es la eólica, donde Acciona e Iberdrola se encuentran más expuestas.
En mayo, elEconomista publicó las medidas de calado para el consumidor, es decir, los cambios que se producirían en el recibo eléctrico, con el objetivo de elevar el término fijo de potencia para poder pagar los costes regulados y castigar a las segundas residencias.
Una de las publicaciones que creó más revuelo en el sector, y que finalmente se ha confirmado, fue la intención de Industria de hibernar temporalmente los ciclos combinados de gas para reducir la sobrecapacidad del sistema.
Aún no se ha desvelado cómo se va a retribuir este parón temporal, ni si quiera si se va a pagar algo por el mantenimiento y la seguridad de estas instalaciones mientras estén sin actividad. No obstante, previsiblemente el Ministerio impulsará un modelo similar al utilizado en Alemania. Lo que ya está claro es que se utilizará un sistema de subasta para decidir las plantas que pararán. Además, el Gobierno reduce los incentivos a la inversión de estas plantas pero a cambio alarga el tiempo en el que tienen derecho a recibir estas primas hasta los 10 años.
El galimatías de la reforma se ha centrado en el futuro de la planta nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos. Este diario ya adelantó una solución para conseguir salvar la planta y que vendría de la mano de la autorización para ampliar la vida útil de nucleares de 40 a 60 años, siempre que el Consejo de Seguridad Nuclear dé su visto bueno.
De esta manera, y aunque el Ministerio de Industria ya ha firmado el cese de la planta, la reforma recoge un Real Decreto de Combustible Gastado y Residuos que contempla la reapertura de este tipo de instalaciones tras su cese si el cierre se produce por causas ajenas de seguridad.
Tras la entrada en vigor de la nueva norma, las operadores de la planta solicitarán previsiblemente la reapertura de Garoña hasta 2019.
A finales de junio, tanto este diario como la revista digital Energía de elEconomista se hicieron eco de las discrepancias entre el ministro de Industria, José Manuel Soria, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro. Precisamente fue este choque la que hizo retrasar la reforma, ya que en un principio estaba prevista para el pasado 21 de junio.
La pelea se intensificó en julio y esta semana ha estado marcada por negociaciones de última hora para cuadrar las cuentas después de que el Ministerio de Hacienda negara la existencia de un acuerdo para que los Presupuestos pusieran de su parte, un desmentido a Soria que fue adelantado por elEconomista.es.
Por último, en la publicación del viernes se dio amplia cobertura de los detalles y los nuevos recortes. Además, se desvela que la intención del Gobierno es apretar más para dar más presupuesto a Empleo.