Aragón inauguró ayer oficialmente la primera planta de biomasa de la Comunidad, situada en la localidad oscense de Ansó y en funcionamiento desde noviembre de 2012. Esta planta forma parte de un proyecto de revitalización de las zonas rurales, que ha sido posible gracias a la colaboración público-privada.
Esta instalación ha requerido una inversión de cuatro millones de euros para su puesta en marcha, y actualmente produce 10.500 toneladas de biomasa al año, gracias a la transformación de los recursos forestales de los bosques de la Mancomunidad, en el Pirineo oscense, en pellets y astillas que son usados como material de combustión.
La planta está equipada para llegar a producir 15.000 toneladas de biocombustible al año, sustituyendo así el combustible importado por el local.
Según indica el grupo Dalkia , que ha participado como socio tecnológico en este proyecto, cada millón de euros invertido en la planta ha generado otro millón en el sector de los bienes de equipo, lo que confirma el potencial económico de este proyecto piloto como "factor de arrastre" de inversión para otras industrias.