
La actual incertidumbre regulatoria y varios problemas ajenos a los promotores han puesto en jaque a más de 2.000 megavatios renovables que no están afectados por la moratoria, pero que puede que no puedan finalmente contar con prima si no están operativos en los plazos estipulados para cada tecnología en el preregistro -ventanilla para la obtención de incentivos-. Para la mayoría de los casos, el plazo finaliza a 31 de diciembre de este año y el Ministerio de Industria no ha concedido las prórrogas solicitadas por las compañías.
Fuentes del sector explicaron a elEconomista que el caso más preocupante es para la eólica y la fotovoltaica. En el primer caso, los operadores han informado en varias ocasiones al Gobierno del problema en que se encuentran de un total de 850 megavatios para llegar a estar en funcionamiento este año.
Los problemas que afectan a estas instalaciones eólicas para llegar a tiempo son principalmente sentencias (generalmente de asociaciones de ecologistas) que paralizan las obras o por la falta de la infraestructuras de evacuación (correspondiente a Red Eléctrica) e incluso por demoras derivadas de la construcción de las plantas por parte de empresas en suspensión de pagos.
Situación de la fotovoltaica
En el caso de la fotovoltaica la catástrofe ya ha llegado porque un total de 324 megavatios se han quedado fuera de plazo al no estar finalizadas este mes de octubre. El problema para esta tecnología ha sido principalmente la falta de financiación derivada de la incertidumbre regulatoria y por los recortes aplicados en 2010. Además, unos 250 megavatios tienen que estar construidos antes de marzo de 2013 (los dos segundos trimestres adjudicados en 2011 con un plazo de 16 meses).
Para este paquete también está habiendo problemas para lograr financiación con lo que ya se prevé que las instalaciones no estén listas a tiempo. Además, los fondos de inversión con intreses en esta actividad están muy disgustados con que se haya aprobado la reforma sin que se haya derogado los recortes de hace dos años.
La termosolar cuenta con unos plazos más amplios, pero también tiene una serie de plantas en construcción cuyos promotores se plantean no continuar adelante porque los ajustes que prevén la reforma son demasiado dañinos para esta actividad. En concreto, unos 250 megavatios deben estar construidos a final de este año pero con la tasa del 6 por ciento sobre la generación de energía y la supresión del incentivo para la parte de la producción realizada con gas han provocado que las compañías se planteen continuar con los proyectos en marcha.
Lo que es muy probable que no se lleguen a construir son los 38 megavatios que cuentan con prima y que aún no han comenzado su construcción para estar listos a final de año.
Los megavatios termosolares de la Fase 4 son los más holgados porque tienen todo el próximo año para su construcción, aunque fondos de inversión ya han advertido de que la reforma ha ahuyentado el interés en este tipo de proyectos.
Estos daños colaterales en la eólica, fotovoltaica y termosolar se suman a la gran cantidad de proyectos que estaban en trámite de inscripción en el preregistro, aspirando a entrar en la primera y segunda convocatoria de 2012 y cuyas esperanzas se truncaron con la moratoria. Estas instalaciones han perdido sus inversiones anticipadas debido al Real Decreto 1/2012 con el que el Gobierno pretendía ordenar el mapa de las renovables. El problema es que Bruselas ya ha dado más de un aviso por estas medidas.