
El presidente del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), Juan Carlos Lentijo, ha indicado en una entrevista con Europa Press que han pedido a los titulares de las nucleares un estudio "pormenorizado" de la reacción de las centrales durante el apagón del pasado 28 de abril. Aunque ha subrayado que el comportamiento de las centrales fue "el que corresponde a esta situación", ha indicado que piden un análisis de este tipo "cada vez" que ocurre algún suceso en una central.
"Cada vez que ocurre un suceso en una central española o fuera, pedimos que se analice ese suceso para asegurar que las cosas funcionaron bien e identificar lecciones aprendidas con las que podamos mejorar los sistemas. Y ahí estamos", ha señalado.
Por lo demás, no se ha expresado sobre si tener centrales nucleares en activo prevendría futuros sucesos similares ya que "esta es una competencia que no le corresponde al CSN, sino a otras instituciones y a otras autoridades". Lo que sí que ha recalcado es que el pleno del organismo estatal aprobó a principios de julio "por iniciativa propia" la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) relacionada con el cese de actividad de Almaraz I, uno de los pasos previos para el cese de la central extremeña (al que podría darse marcha atrás en el caso de que finalmente se aprobara una hipotética prórroga).
"En algunas noticias apareció como que el Gobierno, a través del Consejo, estaba presionando a los titulares, a los propietarios de Almaraz para que se decidieran. Esta ITC la emitimos en perfecta sintonía con nuestra independencia. Nosotros esto no lo hablamos con el Gobierno. Esto es una iniciativa específica del Consejo. Nada que ver con las aparentes negociaciones que se están produciendo por ahí. Sólo (está relacionado) con el cumplimiento de (...) nuestra misión", ha subrayado.
Entre otras cuestiones, la ITC es el instrumento regulador por el cual se especifica la documentación que el titular de la instalación nuclear debe enviar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para la emisión del informe preceptivo de la declaración del cese de explotación de la instalación así como en los plazos en los que debe hacerlo. Lentijo incide en que el Consejo la ha enviado dos años antes de la finalización de la autorización de la Unidad I de Almaraz --1 de noviembre de 2027-- dado que es el tiempo que tienen calculado que van a necesitar para evaluar la documentación previa al cierre.
"Está estimado que necesitamos aproximadamente dos años para alguna (documentación). Es por eso que ahora emitimos esta instrucción, para darle garantías también al titular sobre cómo tiene que adaptar los documentos oficiales de explotación y en qué tiempo los tiene que remitir al Consejo para garantizar que los vamos a poder evaluar y vamos a poder informar a tiempo", ha detallado.
Si cambiase la situación actual -si Endesa, Iberdrola y Naturgy finalmente formalizaran la petición de una hipotética prórroga- el CSN estudiaría la nueva situación y remitiría al titular de la central una nueva ITC anulando la anterior.
En cualquier caso, Lentijo ha detallado que el CSN no ha recibido una solicitud formal de prórroga para la central. De todos modos, ésta le tendría que llegar por MITECO, que pediría varios informes a distintos organismos. "Hasta ahora las únicas conversaciones que estamos manteniendo son las que corresponden a la situación concreta actual de Almaraz como del resto del parque de instalaciones nucleares", ha explicado.
Una vez tuviesen sobre la mesa una petición concreto, el CSN tendría que ver los términos en los que se plantea y, a partir de ahí, pronunciarse.
Todas las centrales tienen "márgenes de seguridad amplios"
Por otro lado, el presidente del CSN ha destacado que todas las centrales nucleares están diseñadas con "márgenes de seguridad amplios". Además, ha recordado que el accidente nuclear de Fukushima (Japón) dio lugar a la realización de 'stress tests' o pruebas de resistencia, es decir, reevaluaciones de los márgenes de seguridad de las centrales nucleares.
A su vez, ha detallado que desde el Consejo exigen a todas las centrales hacer un seguimiento del impacto del cambio climático en sus entornos y en cómo este puede influir en su funcionamiento "normalmente entre los tres y cinco años y después en la revisión periódica de seguridad que se produce cada década". "A partir de ahí ellos determinan si tienen que modificar bien sistemas, procesos o procedimientos de operación para garantizar que se siguen adaptando a las nuevas evoluciones", ha señalado.
En este sentido, el CSN ha promovido la implantación de programas de investigación en este ámbito. Por ejemplo, trabajan con algunas universidades para analizar cómo los tornados se han vuelto más intensos y frecuentes en España. "Lo que nos interesa es ver cómo esto podría hipotéticamente influir en una central nuclear y si hay que reforzar las medidas", ha indicado.
Preguntado por el evento climatológico extremo más grave del año pasado, la dana de Valencia, ha señalado que el Consejo pidió a la central de Cofrentes (la valenciana) y a las de Vandellòs y Ascó (situadas en Tarragona) que analizaran cómo les había impactado directamente este episodio y qué predicciones tenían con respecto a inundaciones o la pluviometría máxima posible.
Así, ha relatado cómo se analizó una hipotética situación donde la mayor precipitación de la dana hubiese caído justo encima de Cofrentes (donde no llovió). "Llegaron a la conclusión de que con los sistemas y procedimientos que existen actualmente en la central (...) estarían preparados para atender esta situación realmente extrema", ha explicado.