El Ministerio de Transición Ecológica ha resuelto las diferencias que mantenía con los distribuidores de bombonas de butano, quienes durante meses protestaron por el incremento de sus costes y la falta de revisión de su retribución.
Tras varias reuniones con el Gobierno, el pasado 6 de marzo una Orden del Ministerio para la Transición Ecológica fijó una nueva forma de calcular los costes de comercialización. Esta nueva fórmula se traduce ahora en un incremento de más de un euro en el precio de la bombona, lo que llevó a que el precio subiera ayer un 6,19%, alcanzando los 17,67 euros.
El Gobierno ha decidido levantar temporalmente el límite máximo de incremento del 5% para permitir que estos precios puedan variar en esta revisión bimestral.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se insistía ayer en la necesidad de que se aplique un bono social de manera automática a quienes tienen derecho para mitigar el impacto de estas subidas en los hogares más vulnerables.
En 2015 se adoptó un nuevo sistema de fijación de precios para la bombona de butano. Desde entonces, el precio ha experimentado variaciones notables en cortos periodos de tiempo. Tradicionalmente, los precios del butano tendían a subir en invierno y a bajar durante el verano, pero esta tendencia se rompió en 2021 y 2022. En la revisión de mayo de 2022 se alcanzó un nivel récord en el precio de la bombona, llegando a los 19,55 euros. Desde ese punto, el precio comenzó a bajar, pero el pasado otoño se iniciaron nuevas subidas que culminaron en esta última revisión con un incremento de 1,03 euros sobre el precio anterior.
La subida de marzo se suma a las de septiembre, noviembre y enero, lo que ha llevado a que la bombona se haya encarecido casi 2,5 euros más que en agosto. Esto significa que en el último medio año, el precio ha subido nada menos que un 15%. Además, el incremento interanual en el precio de este combustible, que es utilizado por muchos hogares en España, es del 6%.
