
En 2024, las fusiones y adquisiciones de energías renovables alcanzaron los 117.000 millones de dólares en 2024 (unos 112.000 millones de euros al cambio), un 6% más respecto al 2023, pero un 23% menos respecto al máximo de 2022, cuando su valor máximo sobrepasó los 150.000 millones (unos 143.000 millones de euros). Estados Unidos acaparó 48.000 millones de euros en acuerdos, mientras que Europa, otros 38.000 millones, invirtiendo la tendencia del año previo, cuando el Viejo continente lideró las transacciones. Sin embargo, el escenario podría invertirse en 2025 debido a la incertidumbre política, a las nuevas regulaciones y al auge de mercados emergentes.
Estas son algunas de las conclusiones que la analista de datos Enerdatics ha plasmado en su informe anual de fusiones y adquisiciones (Annual M&A Report 2024). En él, la compañía de análisis radiografía el mercado global renovable e incluye perspectivas de cara al 2025.
El principal augurio para el año en curso es que la actividad se centre en la adquisición de plataformas y sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS), principalmente en mercados emergentes. Esta tendencia podría imponerse por dos razones: primero, por la creciente demanda de flexibilidad energética, y segundo, por las oportunidades de arbitraje energético que ofrece. Junto con este pronóstico, la consultora prevé que las inversiones en ambos continentes seguirán caminos muy distintos.
"La brecha entre las fusiones y adquisiciones de energías renovables en Norteamérica y Europa refleja un profundo cambio en la estrategia de los inversores: mientras que el mercado estadounidense está respondiendo a la incertidumbre política priorizando los activos estables que generan efectivo, Europa está entrando en una fase de crecimiento impulsada por un acceso más fácil al capital y grandes inversiones en la red. La próxima oleada de acuerdos se centrará menos en la compra de activos y más en la adaptación a las regulaciones en EEUU y la ampliación de la infraestructura en Europa", vaticina Mohit Kaul, fundador de Enerdatics, en declaraciones a elEconomista.es.
Balance de 2024
Echando la vista atrás, una de las conclusiones más llamativas del informe respecto a lo acontecido en 2024 es la brecha que ha habido entre Norteamérica y Europa.
Las transacciones en EEUU han representado más del 40% del total. Estas han estado impulsadas tanto por utilities como por capital privado con grandes carteras. Y mientras que los primeros se centraron en acuerdos para la construcción, los segundos se centraron en proyectos en desarrollo avanzado o activos operativos, con el fin de asegurar flujos de ingreso estables. Firmas de capital privado, junto con empresas de servicios públicos como Iberdrola o LS Power, han adquirido plataformas de energía solar, eólica y baterías invirtiendo 25.000 millones de euros en activos operativos.
En Europa, las compras del capital privado representaron 20.000 de los 38.000 millones de euros del total. Por su parte, las operaciones corporativas han caído un 50% respecto a 2023, y sus inversiones han adoptado un enfoque más selectivo.
Uno de los hechos más relevantes del 2024 es que la inversión en sistemas de almacenamiento de energía en Italia, Polonia, Finlandia y Suecia aumentó significativamente, y supuso el 60% de las transacciones de sistemas de almacenamiento a nivel global. También resalta cómo la actividad en Reino Unido cayó un 50% debido a la saturación de ingresos en el mercado de servicios auxiliares. Sin embargo, la necesidad del país de expandir su capacidad de almacenamiento hará que, junto a Alemania, siga liderando.
Predicciones contrapuestas
En EEUU, la incertidumbre política marcará el futuro de las fusiones y adquisiciones, empujando a los inversores a adoptar un enfoque más selectivo. Las restricciones a los permisos y arrendamientos de nuevos proyectos eólicos introducidos por Trump provocará que aumente la demanda de activos operativos y de repotenciación. A la par, las posibles subidas de aranceles a las importaciones de energía solar y baterías chinas podrían elevar los costes de construcción, conllevando riesgos en la cadena de suministro.
En cambio, en Europa se espera un entorno regulatorio estable, así como políticas de apoyo que aceleren las fusiones y adquisiciones. Las bajadas de tipos previstas por el BCE reducirán los costes de financiamiento, liberando más capital para adquisiciones. Además, los programas de expansión de la red energética van a crear un clima de inversión favorable, particularmente en mercados en crecimiento, como Rumania y Grecia. Ambos están registrando un aumento de la demanda energética, adoptando políticas favorables y generando un mercado de contratos de compraventa de energía a largo plazo maduro. Todo ello invita al optimismo al inversor que mira hacia Europa.
España, tercero en Europa
Tras Reino Unido (69) y Alemania (56), España ocupa el tercer puesto en cuanto al número de fusiones y adquisiciones en renovables, con un total de 42 operaciones, apoyado por el gran dinamismo que vive el sector.
La gran mayoría de transacciones se han producido en torno a plantas fotovoltaicas (28), seguido a mucha distancia de sistemas de almacenamiento de energía (8) y proyectos eólicos (6).
Entre los cinco principales escenarios, también entran Italia, con 37, y Polonia, con 24.