
Las empresas quieren pagar lo mínimo en su factura de energía, pero existe un gran desconocimiento sobre cómo pueden reducir este coste y sobre cómo se les factura su consumo ante los numerosos datos a los que hay que prestar atención y que no siempre se comprenden fácilmente. Un escenario que ya se viene produciendo desde hace años, de hecho, desde antes de la pandemia, pero que ahora se ha acentuado con las variaciones de precios que se vienen registrando.
"Antes de la pandemia, el presupuesto se hacía fácilmente, con el IPC, pero, a partir de la covid-19, las variaciones son importantes y para la empresa es más difícil de controlar", afirma Pedro Melendo, uno de los fundadores de Coanatur, consultora energética con una trayectoria de más de 15 años, a elEconomista
La rebaja o reducción de la factura de la energía es uno de los servicios que presta la empresa, que se apoya en distintas herramientas con el fin de conocer el consumo y cuándo se produce, entre otros aspectos a tener en cuenta, para reducir no solo la factura en precio, sino también en consumo, además de contribuir a ayudar a las compañías a alcanzar sus objetivos medioambientales.
"Salen nuevas medidas y cambian los conceptos establecidos por el sistema eléctrico. Para una empresa pequeña es difícil descifrar la factura", incide Bibiana Melendo, de Coanatur, a elEconomista, quien afirma que con el software que emplean conecta el consumo con el contrato para comprobar la facturación de forma automática.
"Esta información -añade-, nos permite ver qué puntos son más eficientes y qué puntos hay de mejora", además de detectar si se ha facturado adecuadamente a la empresa su consumo de energía. "El cliente pequeño no sabe si le han facturado bien o mal, se tienen que fiar", apunta Pedro Melendo.
Sin embargo, con el sistema de Coanatur se recibe una prefactura de cada mes para realizar una comprobación previamente. En el caso de que haya errores tanto en esta prefactura como en la factura, Coanatur también les ayuda a las empresas en el proceso de reclamación, incluyendo así el servicio jurídico. Además, la prefactura y las facturas permiten comprobar si se cumple la normativa y disponer de toda la información para tomar decisiones.
Coanatur trabaja con la factura energética, además de trabajar con diferentes fuentes de energía como la fotovoltaica. También con el gas natural (canalizado, licuado y propano). El siguiente paso "son los consumos de agua. En un futuro, vamos a tener que controlar la cantidad de consumo y uso", añade Bibiana Melendo.
Precisamente, es un segmento, el del agua, en el que la industria española, de forma generalizada, está ralentizada, al igual que en Europa, a pesar de tener que cumplir con los compromisos de la Agenda 2030.
Coanatur, que además personaliza las soluciones para cada cliente, trabaja en toda España, aunque sus sedes están en Zaragoza, dentro de La Terminal, y en Castellón. No obstante, no se descarta abrir alguna oficina más "bajo demanda porque podemos dar servicio a distancia desde las sedes actuales. Si se necesita desplazamiento, se hace", apunta Pedro.