
Hay al menos tres señales de que la Navidad se acerca. Primero se empieza con los supermercados, que desempolvan los turrones, mazapanes y calendarios de adviento para exponer en los lineales. Luego está el frío, la bufanda y los abrigos. Por último, están los operarios de luces que, como si fueran unos elfos nocturnos, colocan el esqueleto de lo que más tarde se convertirá en el alumbrado navideño que adorna los pueblos y ciudades de toda España.
El frío y los polvorones se han mantenido inalterables a lo largo de los años, pero la batalla por tener la decoración navideña más grande, más luminosa o más precoz se ha recrudecido en los últimos tiempos, con ciudades como Madrid, Málaga o Vigo generando eventos solo comparables con la celebración de un éxito deportivo. No obstante, el ganador del duelo por tener la Navidad más brillante no es ninguna de ellas; si no que se encuentra en Puente Genil (Córdoba), donde se hallan las oficinas de Grupo Ximenez, la responsable de instalar la ornamentación de las tres ciudades y otras 250 urbes dentro y fuera de España.
A lomos de las luces de Navidad, Ximenez ha logrado catapultar sus cifras de negocio. Hace ahora 20 años la empresa facturaba 12 millones de euros. Este valor se ha ido elevando hasta los 65 millones el pasado año 2023, y la compañía espera incrementarla a 80 millones a cierre de este ejercicio, casi un cuarto más.
La decoración se presenta como un multiplicador del consumo que, en España, ha sido visto hasta ahora como un gasto superfluo. Así opina Mariano Ximénez, consejero delegado de Grupo Ximenez: "España siempre ha tenido un problema: no ha medido bien el retorno de un buen proyecto de Navidad. En ciudades como Londres, Nueva York o París sí lo tienen interiorizado".
El antes y después vino de la mano con la Navidad de Vigo, que con su alcalde, Abel Caballero, como maestro de ceremonias, ha variado el concepto de la decoración navideña para muchos municipios.
"Vigo ha vivido una metamorfosis en cuanto a turismo y retorno económico desde que llegamos allí. Hicimos un proyecto de cara y ojos y el alcalde y el equipo de Gobierno midieron muy bien ese retorno", explica el CEO.
Mariano Ximénez pertenece a la tercera generación de una saga que ha levantado un imperio de la luz que, según el propio consejero delegado, se sitúa entre las tres primeras compañías a nivel global de instalación y servicios de alumbrado. La sociedad cumplirá el año que viene 80 años y, aunque el éxito de Ximenez se remonta a décadas atrás, el propio directivo reconoce que el sector ha vivido una "metamorfosis" que ha llevado a muchas ciudades españolas a sumarse en poner su Navidad a pleno rendimiento.
Vigo invierte 2,3 millones al año en la puesta a punto de sus luces de Navidad, que estarán activadas siete semanas -desde el pasado 16 de noviembre hasta el 11 de enero-. Ximénez asegura que en la última auditoría del consistorio se estimó un impacto publicitario derivado de la campaña navideña 21 veces superior a su inversión en luces, de 50 millones de euros.
Todo ello sin contar con otras partidas, como lo que factura la hostelería o el gasto hotelero. A falta de los datos de este año, entre noviembre y enero de 2023 y 2024, Vigo experimentó un incremento de visitantes del 34% con respecto a antes de la pandemia, de 101.745 en 2019 a 136.665 la temporada pasada.
Ximénez advierte también de que, además de su efecto amplificador, una de las claves de las luces de Navidad es su bajo consumo, un elemento que durante la escalada de precios provocada por la crisis energética de 2022 fue criticado pero que, según el CEO, no se sostiene con los datos: "Un árbol como el de la Puerta del Sol de Madrid consume lo mismo que un secador de pelo [3.500 vatios]".
A por el mercado internacional
El gran negocio del Grupo Ximenez es la iluminación, que responde a más de la mitad de su facturación. Ahora la compañía se ha fijado varias metas para los próximos años, una de las cuales se basa en internacionalizar su cartera. La firma cordobesa lleva presente en el mercado internacional desde 2004 y ha llegado a elaborar proyectos de renombre como la Quinta Avenida de Nueva York, pero ahora cuenta con la expectativa de que el negocio en el extranjero pase de representar el 20% de su facturación a un 50% en 2030.
Por otro lado, la compañía cuenta con planes de ampliación y mejora de sus instalaciones y servicios logísticos, para lo cual calculan una inversión de 18 millones de euros. Ximénez espera que la empresa cierre el año con un beneficio de en torno a 5,5 millones y 6 millones de euros, frente a los 4,5 millones de 2023.