
Ernest Moniz acumula a sus espaldas más de cincuenta años en la primera línea energética, tanto a nivel político cuando ocupó el cargo de secretario de Energía en el Gobierno de EEUU desde 2013 a 2017; como a nivel subatómico, ya que su área de investigación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) se centró en el desarrollo de un marco teórico para comprender las interacciones de electrones y mesones de energía intermedia con núcleos atómicos. La semana pasada, Moniz recaló en Madrid para celebrar el 40 aniversario del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas, donde atendió a elEconomista.es para abordar los retos que afronta la agenda climática con el nuevo mandato de Donald Trump en la primera economía mundial.
¿Cómo valora la COP 29?
Déjeme empezar con la del año pasado. La COP 28 fue un encuentro importante para dejar de lado la teoría y comenzar a ejecutar en la práctica, es decir, tener la capacidad de financiar proyectos. La única fuente para las grandes inversiones que se prevén será el sector privado y, para que eso ocurra los desarrollos deben de ser aptos para la inversión. Si el sector privado no ve claridad regulatoria y en políticas, no va a invertir ese dinero. En la COP 29 este es el principal foco, si podremos financiar proyectos, hacerlo internacionalmente y si eso requerirá pasos adicionales como la regulación de mercados de carbono que sean reales, cosa que no tenemos actualmente a nivel global. La COP tiene que mover la pelota hacia adelante, de tal manera que en la COP 30 de Brasil pueda recoger todo esto y, sobre todo, poner en conjunto los mercados de carbono y la fiscalización de esos mercados.
Esta última edición ha estado marcada por las dinámicas electorales, sobre todo en EEUU ¿Cree usted que la victoria de Trump es negativa?
No se ha visto de manera muy positiva. Pero en mi experiencia como exsecretario de Energía le diré que la persona elegida justo antes de la COP 22 fue Donald Trump. Yo estuve en esa reunión en Marruecos, después de la COP 21 en París. Había mucha confusión también, pero en 2016, y también ahora en 2024, lo importante no es cuestionarse por qué pasó una cosa u otra. La cuestión es que pasó. Ahora el objetivo es ver cómo avanzamos la agenda climática. Y eso sigue siendo así.
¿Por qué lo cree?
Uno de los motivos y, por desgracia España lo ha experimentado, es que la climatología extrema se está convirtiendo en una realidad. Y esa realidad, ya sea con inundaciones como la de Valencia; o de cualquier otro tipo, aumenta la presión pública de hacer las cosas más rápido. Ahora la pregunta es ¿cómo llegamos a esas metas más rápido? Necesitamos innovación, tecnologías que nos permita llegar a los objetivos y bajar los costes; nuevos modelos de negocio, innovación en políticas y regulación. Esto pondrá las bases para la financiación de energía limpia.
No obstante, hay gran incertidumbre con la evolución del sector energético tras las elecciones de EEUU...
Nos hará la vida más complicada, pero tiraremos para adelante. Les recuerdo, y no digo que sea lo mismo ahora; que durante la primera legislatura de Trump, justo como ahora, dijo que no iba a apoyar iniciativas climáticas, salió de los acuerdos de París, etc. Y en esos años, lo que terminó pasando es que no hubo grandes diferencias en términos de energía limpia. Porque el sector privado se mantuvo comprometido, y creo que el sector privado se mantendrá comprometido. Porque el sector privado no realiza decisiones de inversión en un lapso de cuatro años. Ponen mucho dinero hacia adelante, tienen que tener rentabilidad en 20 años, no en cuatro. Ellos saben que en 20 años nos estamos dirigiendo a la descarbonización de las economías. Las cosas serán un poco diferentes, pero fundamentalmente esto es un elemento de estabilidad a ese futuro. Por desgracia también está el clima extremo, como hemos dicho, que es un elemento de estabilidad en este sentido. Es una tragedia, pero las tragedias se añaden a la acción.
¿Qué contrapesos tendrá Trump?
El Congreso. Durante los cuatro años del Gobierno de Trump, todos los años estuvo proponiendo durante un recorte en energía limpia, investigación y desarrollo... Y todos los años el Congreso le devolvió un aumento. Así que hay muchas razones para... Quiero decir, no quiero minimizarlo. Ha sido un set back para la descarbonización, pero no ha sido un cambio de raíz. No va a cambiar dónde vamos a acabar, igual cambia cuándo acabamos ahí un poco, pero fundamentalmente lo que tenemos que hacer es no... No paso mi tiempo quejándome de lo que ha pasado, sino que trato de evaluar para adaptarme al contexto.
¿Hay opciones de colaboración entre los grandes bloques?
No entraré en detalles, pero fui hace cosa de un mes a China. Hay posibilidad de colaborar. En cualquier caso, vamos a suponer que EEUU realmente deja de invertir en la transición energética. Creo que China lo vería como una oportunidad geopolítica para establecer su liderazgo. Ya tienen ventajas tecnológicas importantes. En EEUU y Europa sabemos que su tecnología para vehículos eléctricos es muy buena y la menos cara. Dominan el mercado de paneles solares. Y creo que, si EEUU se retira, lo podrían ver como un vacío a llenar. Y podrían tener bastante éxito porque han sido más exitosos que EEUU y Europa en tejer alianzas con el Sur global.
¿Cómo puede Europa mejorar su competitividad?
Durante la pandemia y la invasión de Rusia le hemos dado más importancia a la cadena de suministro. Creo que el proceso de globalización ha sido muy importante, pero ha ido demasiado lejos en tanto que hay cadenas de suministro muy significativas que nos han hecho vulnerables a las disrupciones. Lo que creo es que lo positivo es que tengamos unas cadenas de suministro de significancia nacional resilientes. Y ahí está el truco, en "significancia nacional", no de todo, porque el proteccionismo también tiene costes y no puede utilizarse como una excusa. Si hablamos de las energías renovables, creo que no hay duda de que las materias primas críticas son clave. Eso no significa que todos los países traten de producirlo de esta manera doméstica, sino que lo miren desde un punto de vista diferente, con más higiene. Pero, por ejemplo, si tomo el ejemplo de los paneles solares, ¿es eso significativo? No he escuchado ningún argumento bueno, para ser honesto. Si China controla la exportación de un montón de paneles solares y para de exportar, pues vale, lo único que harán será empeorar su economía y no afecta a nuestra seguridad nacional, ni a nuestra seguridad energética. Hay que ser testarudo [hard noused] para saber qué áreas hay que reorganizar y no hacernos daño económicamente tratando de ser proteccionistas.