Goldman Sachs ha llevado a cabo un análisis en profundidad del Plan Draghi. Para el equipo de análisis de la entidad, el secreto de la mayor competitividad de Estados Unidos frente a la Unión Europa se basa en la energía más barata que logran los americanos por tres factores concretos: menos impuestos, la ausencia de tasas al carbono y el gas natural más barato.
La diferencia de productividad entre Estados Unidos y la Unión Europea se ha incrementado del 5 al 25 por ciento entre los años 1995 y 2022 y el diferencial con China también se está incrementando.
Esta situación está provocando un giro de la política europea tras la presentación del llamado 'Plan Draghi' que pretende reducir esta fuerte diferencia ya que en Europa se paga más del doble por la energía que en EEUU.
Goldman Sachs muestra en el informe al que ha tenido acceso elEconomista.es, como ejemplos orientativos que la planta química de Basf en Ludwigshafen, que consume 7 TWh al año, gasta 1.700 millones en electricidad, frente a los 690 millones que pagaría si estuviera en Estados Unidos, es decir, 1.000 millones más de diferencia.
Del mismo modo, el banco asegura que la planta de Audi en Bélgica, que consume 3 TWh al año de energía, paga 730 millones frente a los apenas 300 millones que tendría que afrontar si estuviera en EEUU, es decir, 450 millones de diferencia aproximadamente.
Por ese motivo, Goldman Sachs anima a Europa a desligar la remuneración de las renovables para que no pueda depender de los combustibles fósiles. Por ese motivo, insta a impulsar un mercado liquido de contratos a largo plazo de electricidad (PPA).
Para la entidad, una instalación renovable que cuenta con un acuerdo de PPA se puede financiar al 4,9% frente al 7,9% que sería necesario en caso de acudir únicamente al mercado mayorista de electricidad.
Goldman Sachs asegura que en la próxima Comisión Europea se llevará a cabo un mayor escrutinio sobre la generación flexible, las actividades de trading y la gestión de la energía.
El banco de inversión asegura que hay retrasos en la implementación de las bombas de calor, de las ventas de coches eléctricos y del desarrollo de la capacidad eólica y solar.
El posible aumento de demanda con una reducción de la inversión hace prever un balance para las renovables más estrecho en EEUU. De hecho, los precios de estos contratos a largo plazo se han doblado de 31 a 60 dólares/MWh.
Por contra, los últimos 15 años, la demanda eléctrica europea ha retrocedido un 10%. Alemania consume los mismo que en el año 1990, justo tras la reunificación.
Las previsiones del banco auguran un crecimiento del 1-2 por ciento por año entre 2024 y 2027 y que esta cantidad pueda incrementarse hasta el 3% hasta el 2030, unas cifras que parecen muy alejadas de la previsión que maneja el Gobierno español.
La nuclear además reducirá su capacidad en un 20 por ciento entre 2022 y 2030 y aunque se aprobaran ahora mismo planes de construcción, la posibilidad de contar con nuevas plantas no sería realidad hasta 2035 con un coste de inversión (LCOE) de 145 euros/ MWh frente al gas con captura de CO2 que rondaría los 136 euros/ MWh.