
Descarbonizar la economía requiere un notable esfuerzo inversor, pero PwC ha estimado una fórmula para llegar a las emisiones cero con un desempeño que salga por la mitad de precio. En un informe presentado este jueves, la consultora estima que el llamado New Deal, un escenario en el que se reduzca la transición hacia energía eléctrica e implemente en mayor medida los gases renovables, se traduciría en una reducción en los sobrecostes para lograr los objetivos climáticos de 22.000 millones de euros hasta 2035 —67.000 millones en el escenario de alta electrificación y 45.000 millones en el del New Deal— y de 73.000 millones hacia el año 2050, de 132.000 millones en el escenario a 59.000 millones.
La clave, indica el estudio, se encuentra en el aprovechamiento de la infraestructura existente a través de la utilización de gases renovables, como el biometano, que puede ser inyectado a la red actual sin necesidad de grandes modificaciones en la misma. Según las estimaciones de Óscar Barrero, socio responsable de Energía de PwC España, esto se traduce en que la demanda térmica se situase en torno al 70% para 2050 a cerca de un 40% en el panorama que plantea PwC.
Ello permitiría aligerar los desembolsos necesarios para la descarbonización y, al mismo tiempo, recortar emisiones de manera más rápida. Según detallan, las emisiones acumuladas de CO2 serían un 11,4% mayores en el escenario central de electrificación que en el New Deal, ya que de manera acumulada hasta 2050 con una alta electrificación se emitirían 862 millones de toneladas de CO2, frente a los 764 millones de toneladas del escenario con mayor impacto de los gases renovables.
Para alcanzar estos escenarios, el marco que plantea PwC apuesta por un incremento de la demanda por estos usos de 16 teravatios/hora (TWh) en 2035 y 49 TWh en 2050, junto al desarrollo de 158 TWh de gases renovables en 2050.
Calefacción en los hogares
El refuerzo de esta apuesta permitiría reducir los costes de inversión de la descarbonización. Según indican los expertos de la consultora, el uso de gases renovables, aunque pueda tener un mayor coste de operación a lo largo de los años, no necesita grandes inversiones para implementarse. En líneas generales, los hogares que más pueden beneficiarse de la electrificación de su consumo térmico son los más grandes, mientras que los de un consumo más bajo verían un mayor rédito en mantener estructuras que permitieran gases renovables, ya que tendrían más dificultad en amortizar sus inversiones.
Según indica PwC la caldera de biometano presentan "una competitividad superior a la electrificación". Estas opciones, a pesar de obtener ahorros anuales en algunos segmentos de consumo de vivienda, tiene un plazo de recuperación de la inversión de entre 23 y 33 años. En este sentido, el uso de calderas de condensación alimentadas con biometano resulta la opción más rentable para descarbonizar entre el 80% y el 85% de la actual demanda residencial de gas.
Por otro lado, Barreiro comentó que la penetración masiva de la bomba de calor implicaría su instalación en entre 4 y 5 millones de viviendas de menos de 90 metros cuadrados, aunque eso sería "técnicamente inviable" por limitaciones de espacio.
Además, el socio de Energía de PwC resaltó que en España la mitad de los hogares tienen una renta inferior a 24.000 euros y tendrían que destinar la mitad en caso de tener que instalar una bomba de calor, que tiene un coste de entre 12.000 y 18.000 euros incluyendo la instalación.
Estos costes están en muchos casos subvencionados y existen ayudas para facilitar su instalación en los hogares. No obstante, desde PwC indican que en el escenario de alta electrificación el volumen de ayudas públicas ascendería a 47.000 millones de euros, la mitad del gasto sanitario de España anualmente.