
Llevar el hidrógeno verde desde España —el país productor— al centro de Europa —donde se consume— se presenta como uno de los grandes negocios de las energéticas durante los próximos años, pero también como un reto mayúsculo. Para enfrentarlo, grandes firmas como Iberdrola, Enel Green Power —filial de renovables de Enel, matriz de Endesa— y la firma alemana E.ON; además de Mitsubishi han articulado una alianza para establecer una cadena de suministro que lleve a Centroeuropa el hidrógeno español.
Los desarrollos, que aún cuentan con un largo proceso de trámites administrativos por delante, son los llamados Cicerone-CEO (en los que participan Iberdrola, Enel y E.ON) y Pontis (Mitsubishi e Iberdrola), los cuales han sido esta semana reconocidos con el sello de europeo CEF Energy Cross Border que avala a estos conceptos para el traspaso de energía renovable entre países de la UE.
Estos planes se materializarán en diferentes activos independientes "muy interconectados" situados en distintos estados europeos —como Italia, Alemania o España— los cuales siguen distintos calendarios de desarrollo, en función de su madurez inicial, según se refleja en la documentación comunitaria.
Aunque Cicerone-CEO y Pontis son diferentes proyectos, el concepto es similar. En ambos se usarán instalaciones de producción de hidrógeno y amoníaco cerca del puerto de Huelva para su posterior transporte hacia Róterdam (Países Bajos), desde donde serán movidos a los centros industriales de consumo de Centroeuropa.
En este sentido, la firma que dirige Ignacio Sánchez Galán anunció en junio del año pasado la construcción de la primera planta de amoníaco verde de Europa en Huelva, un proyecto para el que se estima una inversión de 750 millones. Además, la firma alcanzó un acuerdo con el puerto neerlandés para la exportación de sus productos renovables en diciembre de 2022.
Una cadena de 1 GW
Cicerone, tiene como objetivo la construcción de 1 gigavatio (GW) de origen renovable para 2032 y será "una de las primeras cadenas de valor de hidrógeno verde de esta envergadura", según destacó E.ON.
Los documentos preliminares del proyecto establecen la construcción de más de 800 megavatios (MW) adicionales de energía renovable, principalmente fotovoltaica, en España e Italia. Además, se incluirá una instalación de amoníaco verde de 120 MW en España y en Róterdam una terminal de craqueo de amoníaco —un proceso que convierte el amoníaco en hidrógeno a gran escala—. El alcance de Iberdrola dentro de la iniciativa es la instalación de 400 MW en plantas fotovoltaicas que alimentarán la producción de hidrógeno, junto con un contrato de compraventa a largo plazo —PPA, por sus siglas en inglés— con la planta de amoníaco verde de 120 MW que se prevé lista para 2028.
Según destacó E.ON, a lo largo de los 23 años de vida estimada del proyecto, el hidrógeno verde producido sustituirá a unos 8,5 TWh de energía procedente de combustibles fósiles, además de la energía renovable suministrada a las redes locales.
De Huelva hacia el mundo
En esta misma línea se encuentra la alianza entre la eléctrica española y Mitsubishi. Iberdrola ya firmó un pacto de colaboración con la compañía nipona en 2021 para el impulso de soluciones renovables para la descarbonización de la industria en diferentes regiones del mundo.
Su proyecto en conjunto Pontis incluirá la electricidad producida a partir de 750 MW de instalaciones de energías renovables en España, para su conversión en hidrógeno mediante electrólisis en una instalación del puerto de Huelva. A continuación, el hidrógeno se fijará al tolueno para producir metilciclohexano (MCH), que se enviará al puerto de Róterdam, donde se seguirá procesando para usos industriales.
Será el primer proyecto de esta envergadura en Europa que utilice un portador orgánico líquido de hidrógeno. A diferencia del amoníaco, que es un portador más común, el MCH permanece líquido a presión y temperatura ambiente, lo que facilita su almacenamiento y transporte.
A la caza del mercado de Centroeuropa
Europa central está sedienta de hidrógeno con sello español. Una de las firmas españolas que está apostando fuertemente por llevar la molécula a las industrias alemanas es Cepsa, quien también cuenta con importantes desarrollos de 2.000 millones de euros en Palos de la Frontera (Huelva) y San Roque (Cádiz), cuya motivación se basa en la venta de materia prima a las cuentas del Ruhr y otras regiones de gran demanda.
Pero no son solo empresas españolas. Firmas como las chinas Trina Solar o Hygreen han puesto sobre la mesa inversiones millonarias para desarrollar hidrógeno en tierras onubenses.