
Más de 2.000 viviendas de la Txantrea cubrirán muy pronto sus necesidades de calefacción gracias a la red de calor que la compañía energética ENGIE ha construido en este barrio pamplonés. A través de su filial Districalor, ENGIE ha firmado un acuerdo con la Cooperativa Calor Chantrea y otro con la agrupación vecinal Orvina II para poner en marcha el servicio durante los primeros meses de 2024.
El suministro en los domicilios partirá de una nueva instalación vinculada a la central y red de calor con biomasa diseñada por la empresa pública Nasuvinsa como eje transversal del proyecto Efidistrict Txantrea. Las nuevas instalaciones adicionales contarán con una potencia de 10 MW cada una y permitirán un ahorro de 4.500 toneladas de emisiones de CO2 al año. Se trata de una central y red de calor de referencia a nivel estatal y europeo que apuesta por el uso de la biomasa forestal de proximidad, compuesta por astillas de madera, como principal fuente de energía para alimentar sus calderas.
Su puesta en marcha consta de dos fases: la primera ya ejecutada y la segunda con una previsión de ejecutarse en un plazo inferior a cinco años, con una inversión total de 13,7 millones de euros. De esa cantidad, 6,8 millones han sido aportados por Nasuvinsa y financiados al 50% por esta Sociedad Pública y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que seleccionó este proyecto por su importante apoyo a la eficiencia energética, la gestión inteligente de la energía y el uso de renovables en las infraestructuras públicas –incluidos los edificios públicos– y en viviendas privadas. Los 6,9 millones restantes han sido aportados por ENGIE, responsable también de la explotación de la planta durante un plazo de 36 años.
Principales características
Las instalaciones y equipos de la central de calor ocupan un edificio de planta baja en una parcela de propiedad pública situada en el polígono industrial de Iturrondo, en el término municipal de Burlada, colindante con el centro San Francisco Javier, del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, y con el parque del Mundo. De los 9.043 metros cuadrados de parcela, 1.600 metros cuadrados están ocupados por la central de calor.
La parcela fue cedida a Nasuvinsa por el servicio de Patrimonio de Gobierno de Navarra y ha sido necesario modificar el planeamiento urbanístico en vigor, un trámite que se ha llevado a cabo en el marco de un acuerdo de colaboración entre esta sociedad pública y los ayuntamientos de Pamplona y Burlada.
Una vez completadas las dos fases de desarrollo, la instalación producirá de manera centralizada agua caliente para cubrir la demanda de calefacción y agua caliente sanitaria de más de la mitad de las viviendas del barrio, concretamente 2.200 en la primera fase de desarrollo y otras 2.300 en la segunda. Además del suministro a comunidades vecinales, la central atenderá también las necesidades de otros edificios públicos próximos, tanto del Gobierno de Navarra como del Ayuntamiento de Pamplona.
El proyecto inicia su andadura con vocación de extender también el suministro al resto del barrio, así como a varios edificios públicos asistenciales y de servicios situados en el entorno de la central, como el centro San Francisco Javier o instituciones educativas. Actualmente, dos edificios del Ayuntamiento de Pamplona, un colegio y un polideportivo se benefician de esta energía renovable, contribuyendo así a la descarbonización de las administraciones de Navarra.
Recursos de proximidad para obtener combustible renovable
Tras la finalización de la segunda fase del proyecto, la planta tendrá una capacidad total de producción de hasta 39 MW y contará, además de con las dos calderas de biomasa forestal como fuente de energía principal, con una instalación secundaria de gas natural para cubrir puntas de consumo y situaciones de mantenimiento o emergencia.
Para minimizar la potencia de esta instalación de gas y de su consumo, se ha previsto un depósito de agua de 1.800 metros cúbicos que permitirá priorizar la generación de calor con biomasa durante el período nocturno y aumentar así el empleo de esta energía limpia.
La planta forma un bloque longitudinal, casi en paralelo a la Ronda Norte (PA 30) y cuenta con una sala de calderas de biomasa con dos equipos independientes, además de sus correspondientes sistemas de alimentación, de recogida de cenizas y de control, tolvas y electrofiltros, así como con talleres y zona de oficinas. El acopio de astilla para la alimentación de las calderas se ejecuta mediante un silo enterrado con capacidad de 900 metros cúbicos.
El agua caliente llegará a las viviendas a través de una red de suministro subterránea con circuitos cerrados de tuberías de acero preaisladas por las que el agua caliente se bombeará desde la central de producción hasta las comunidades de vecinos y retornará para ser calentada e iniciar un nuevo ciclo. La red sumará una longitud total superior a los 4.500 metros cuando la central se encuentre en plena fase de desarrollo.
Un proyecto de estas dimensiones, alimentado por biomasa forestal, propiciará la diversificación del suministro de energía en su ámbito de actuación y la reducción de la dependencia energética actual de fuentes de origen fósil. Además, el uso de este combustible renovable pone en valor los recursos forestales cercanos al punto de consumo.
En palabras de Xavier Puyal, director general Districlima: "Esta red de calor muestra, de nuevo, nuestro compromiso con la rehabilitación energética y regeneración urbana. La biomasa es una fuente de energía renovable y limpia que se presenta como una gran oportunidad para hacer frente a la actual emergencia climática. Además, es más estable, cercana y económica que otras alternativas. En ENGIE, apostamos por este tipo de soluciones y contamos con más de 100 redes con biomasa en todo el mundo".