
El Supremo estima parcialmente el recurso interpuesto por Naturgy para cerrar temporalmente cinco centrales de ciclo combinado.
Sorprende que, pese a que el proceso se inició en 2017, las decisión judicial sitúe ahora al Gobierno en una situación difícil, agravada por las clausuras de plantas de carbón que se han producido de forma recurrente en los últimos años. Lo cierto es que el más reciente Plan de Energía no prevé recursos para sustituir toda esa capacidad productiva que ha quedado suspendida.
No bastaron las advertencias de REE para tomar medidas y ahora resulta ilusorio pensar que las renovables podrán cubrir ese vacío. De ninguna ayuda sirve tampoco la celeridad con la que el Ejecutivo se planteó el cierre de las nucleares.