
Iberdrola recibe la aprobación de la Comisión de Servicios Públicos de Nueva York (PSC) para su nuevo plan tarifario, correspondiente al periodo 2023-2026. El fallo establece las tarifas de electricidad y gas hasta abril de 2026 y se produce después de más de un año de negociaciones con todas las partes interesadas.
Tal y como adelantó elEconomista.es el pasado mes de septiembre, Iberdrola tenía previsto que se nuevo plan tarifario entrase en vigor antes de finalizar octubre y espera obtener casi 1.360 millones de ingresos adicionales con el mismo.
Dos empresas subsidiarias de Iberdrola en el estado de Nueva York presentaron en junio su propuesta de acuerdo sobre tarifas ante la Comisión de Servicios Públicos del estado. La primera de ellas, New York State Gas & Electric (NYSEG), propuso aumentos de tarifas del 22,1% para el uso de electricidad y del 6,1% para el gas durante los tres años de vigencia del nuevo plan. Mientras, Rochester Gas and Electric (RG&E), la segunda, propuso aumentos del 16% para la electricidad y del 10,9% para el gas.
Los clientes residenciales de electricidad NYSEG que utilizan 600 kilovatios-hora (kWh) por mes verán un aumento en la factura mensual de 9,94 dólares (9,44 euros) en noviembre de este año. A partir de mayo de 2024, los clientes percibirán un aumento de 8,88 dólares (8,43 euros) y en mayo de 2025, de 11,34 dólares (10,77 euros).
Los clientes de calefacción de gas residencial de NYSEG que utilicen un promedio de 100 termias por mes experimentarán un aumento de 4,96 dólares (4,71 euros) en noviembre. En el segundo año, los clientes verán un alza de 2,13 dólares (2,02 euros) y en el tercer año, de 4,10 dólares (3,89 euros).
En el caso de RG&E, los clientes de electricidad residencial verán un aumento promedio de 6,47 dólares (6,15 euros) en noviembre. A partir de mayo de 2024, habrá una subida de 5,98 dólares (5,68 euros) y en mayo de 2025, de 6,90 dólares (6,55 euros).
Mientras, los clientes de calefacción de gas residencial de RG&E pagarán de 5,29 dólares (5,02 euros) más en noviembre. En el segundo año, verán un aumento de 5,44 dólares (5,17 euros) y en el tercer año, de 5,41 dólares (5,14 euros).
La propuesta aprobada es, sin embargo, distinta a la original. El primer plan tarifario fue presentado en 2022 y solicitaba un aumento mayor de las tarifas. Esta generó muchas críticas de funcionarios locales y grupos de consumidores. Según Avangrid, las negociaciones con las partes interesadas dieron como resultado compromisos sobre unos menores impactos en las facturas de los clientes.
Incremento de la inversión en redes
El aumento de las tarifas en el estado de Nueva York responde a un incremento significativo de la inversión en redes de Iberdrola en los próximos años, de 1.970 millones de euros. La eléctrica contempla inversiones superiores a 950 millones para reemplazar y mejorar postes, cables y subestaciones en el sistema de transmisión y entrega en todo el estado.
El acuerdo prevé un aumento de la financiación para la poda de árboles, de entre 50 y 60 millones de euros anuales en el caso de NYSEG, donde el 51% de todos los cortes de suministro están causados por árboles. RG&E, donde el 20% de los cortes se deben a la caída de ramas o árboles, aumentará la poda de árboles a más de 10 millones de euros.
También prevé inversiones de casi 280 millones para reducir la frecuencia y duración de las interrupciones en el servicio de la red, a medida que el estado sigue enfrentando tormentas severas y cada vez más frecuentes.
El acuerdo entre las dos subsidiaras de Nueva York incluye cerca de 50 millones para programas de ayuda a la facturación para clientes con ingresos bajos y más de 840 millones de euros destinados a cumplir los objetivos climáticos del estado. Unos 590 millones se usarán para mejorar las capacidades del sistema y dar cabida a una mayor utilización de recursos renovables y mejoras de la red. Mientras, 240 millones irán a programas de incentivos a la eficiencia energética y a las bombas de calor.
Avangrid también planea poner en marcha un programa piloto de cinco años, en cooperación con los municipios participantes y la Autoridad de Energía de Nueva York, para la capacidad de atenuación de las luces de las calles en áreas seleccionadas. El objetivo es ahorrar energía y reducir los costes para los municipios.