
Tras un año de tensiones energéticas en el seno de la UE, propiciadas por la invasión militar de Rusia en Ucrania y el chantaje intrínseco de Moscú, la UE trata de fortalecer relaciones con otros socios comerciales. Lo hace especialmente en el segmento del gas, el que ha devenido su punto flaco y que aqueja de elevados precios. En este marco, la comisaria de Energía, Kadri Simson, y el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, participarán el martes en la reunión ministerial de energía UE-EEUU en Bruselas junto con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken y el subsecretario de Energía de EEUU, David Turk.
La idea es que los líderes aborden las fórmulas para garantizar la seguridad energética en el mercado comunitario con la vista puesta en el próximo invierno. Un periodo que adquiere especial relevancia por el cambio de coyuntura, ya que este invierno las reservas de gas aún pudieron surtirse con el suministro de Moscú. Una opción que no existirá el próximo noviembre.
Si la UE ha recibido este año más volumen de gas natural licuado de EEUU que el ejercicio anterior, la intención es que esta situación "se prolongue en el futuro", ha explicado el portavoz de Energía de la Comisión Europea, Tim McPhie. En un paso más, ha recordado que los precios del gas han caído significativamente respecto al verano y que la UE ha puesto en marcha una plataforma de compra conjunta, de la que espera que los proveedores americanos sigan siendo los principales suministradores.
Hace cosa de un año que la UE buscaba forjar alianzas con otras potencias. Es así como primero miró a Estados Unidos. Y con el suministro de gas en riesgo tras el progresivo corte del flujo en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 por parte del Kremlin, la Administración americana cerró un pacto con la UE para garantizar el aprovisionamiento de gas natural licuado. La idea era evitar a aquellos socios que pudieran contribuir a la inestabilidad en el mercado como Gazprom.
Fue así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Joe Biden, firmaron una declaración conjunta en la capital belga. Un acuerdo para aumentar el suministro de gas natural licuado al mercado comunitario en 15.000 millones de metros cúbicos (15 bcm), un 68% más respecto al 2021. Una alianza por la que la UE se comprometió, en esta línea, a adquirir anualmente 50.000 millones de metros cúbicos de GNL hasta 2030 para compensar los 155.000 millones de metros cúbicos anuales que el mercado comunitario importaba de Rusia.
Como trasfondo del debate estará el alza de los precios del petróleo, que han experimentado un empuje tras la decisión, de este fin de semana, de Arabia Saudí y otros países de la OPEP (entre los que se incluyen Emiratos Árabes Unidos, Kuwait o Iraq) de recortar la producción de crudo en un millón de barriles diarios desde mayo hasta finales de año. Una cifra que representa el 3% de la producción mundial de petróleo.
También será asunto de la reunión la transición hacia las energías renovables y el ahorro energético. Todo ello considerando la ley de Reducción de la Inflación que ha puesto en marcha la Administración de Joe Biden para dar un revulsivo a sector de las tecnologías limpias. Un paquete de subsidios y al que la UE trata de dar una respuesta, ya que considera que rompe las normas de competencia de la Organización Mundial del Comercio.
En todo caso, si bien este será el marco no protagonizará el debate central, ya que compete a los respectivos responsables de Economía y Competencia. El suministro energético a medio y largo plazo y la cooperación entre ambas fuerzas geopolíticas será el núcleo de la reunión, considerando que el socio norteamericano ha jugado un papel esencial para garantizar la seguridad de abastecimiento en la UE. Tanto es así que se ha convertido en el principal proveedor de gas natural licuado al mercado único en 2022.