La sentencia estima en su totalidad el recurso interpuesto por Ecologistas en Acción contra la resolución por la que se otorgaba una prórroga de la Autorización Ambiental Integrada y la Declaración de Impacto ambiental para la planta de Incineración de Biomasa que quería instalar Forestalia en la localidad de Monzón, en Huesca.
El escrito del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) recoge que se llevaba 6 años solicitándole documentación a Forestalia.
Además, explica que hasta en 5 ocasiones se le requirió esa documentación esencial para obtener la autorización administrativa previa y de construcción (AAP-C), como los permisos de acceso y conexión y las acreditaciones de capacidad técnica y económica. La última de ella, tras haberle otorgado el INAGA la prórroga, tras el informe de la Dirección General de Energía y Minas en el que se recogía que el retraso en la obtención de la AAP no era imputable al solicitante.
Sobre el informe firmado en septiembre de 2019 por el que el INAGA procedió a conceder la prórroga al proyecto, el TSJA lo califica como "informe de complacencia, carente de motivación concreta y, además, contrario a la realidad que resulta del expediente". Un motivo por el que desde Ecologistas en Acción han anunciado que van a estudiar presentar las medidas legales oportunas.
También se expone que Forestalia, en su declaración responsable de inicio de las obras de la planta de biomasa, dirigida en agosto de 2021 al ayuntamiento de Monzón, afirmó tener vigente la autorización administrativa previa y de construcción cuando la misma había sido revocada.
El TSJA entiende que la filial de Forestalia, Solmasol I, no cumplimentó los requerimientos exigidos. Un motivo por el que le era imputable el retraso en la tramitación y procede a anular la resolución del INAGA por la que se concedió, en abril de 2020, la prórroga de la declaración de impacto ambiental y la autorización ambiental integrada al proyecto de Incineradora de Biomasa de Monzón. También condena en costas, tanto a Forestalia (a través de su filial Solmasol I), como al INAGA.
El proyecto ya hace años se entendía como desistido, dados la falta de megawatios subvencionados y de materia prima para quemar (cultivos de chopo), pero según indican desde Ecologistas en Acción, su promotor, Forestalia continuaba con la tramitación "a medio gas" por lo que los procesos judiciales han seguido en pie.
Para la organización, esta sentencia da el golpe final al proyecto de instalación de una central térmica de generación de electricidad mediante la incineración de biomasa por parte de Forestalia en Monzón.
El proyecto se presentó en 2014. Desde ese momento, Ecologistas en Acción y la Plataforma contra la Incineradora de Biomasa de Monzón han venido oponiéndose por las importantes emisiones que se hubieran producido si la planta de incineración de biomasa se hubiera construido a 600 metros de la población de Monzón.
La previsión era quemar un 1,2 millones de kilos de virutas de madera al día de forma continuada durante 8.000 horas al año. Esta quema, como quedó patente por diversos informes técnicos -añaden-, hubiese producido emisiones muy importantes de contaminantes como dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), partículas en suspensión (PMs), benzopirenos y dioxinas.