
Europa debe aumentar significativamente el gasto en inversión productiva si quiere seguir el ritmo de la competencia mundial y alcanzar los objetivos de emisiones netas cero, según se desprende del Informe de Inversión del BEI 2022-2023.
La brecha en inversión productiva entre la Unión Europea y Estados Unidos es de casi el 2% del PIB, un desfase que persiste desde hace más de diez años.
El Informe de Inversiones del BEI -una publicación anual basada en la Encuesta contestada por 12.500 empresas- muestra que la proporción de compañías dedicadas a la innovación disminuyó el año pasado en comparación con 2021. Las empresas señalaron la incertidumbre, la escasez de mano de obra cualificada y los elevados costes de la energía como los principales obstáculos a la inversión.
"El futuro de Europa depende de nuestra capacidad para transformarnos y adoptar las transiciones digital y ecológica. Esto exige inversiones audaces tanto en el sector público como en el privado. Sin embargo, la incertidumbre, provocada por la imprevisibilidad de las políticas y las condiciones del mercado, está resultando ser un obstáculo para la toma de decisiones de inversión", aseguró la Economista Jefe del BEI, Debora Revoltella.
"No se puede desaprovechar la oportunidad de la transición verde. Europa puede aprovechar su liderazgo en innovación en muchas tecnologías verdes y debe explotar aún más el potencial del mercado único de la UE, reduciendo los obstáculos administrativos a la inversión y abordando las carencias de cualificaciones" indicó.
En la misma línea se pronunció la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, que animó a mostrar a las empresas que se puede acceder al capital que se necesita en Europa.
Para ello, el director generación clima de la Comisión Europea, Kurt Vandenberghe, pidió una mayor celeridad en los permisos y mecanismos de fondos más rápidos y predecibles para no perder las oportunidades de inversión.
Ann Metler, vicepresidenta de Breakthrouh Energy, aseguró que hay que priorizar el acceso a financiación a las empresas con un modelo de negocio probado.
Los datos de la Encuesta sobre Inversiones del BEI muestran que las empresas de la UE son menos proclives a innovar o adoptar nuevas tecnologías que las estadounidenses. Se trata de una brecha persistente, exacerbada por la pandemia, cuando las empresas de Europa se mostraron menos proclives a transformarse. La escasa inversión en innovación, así como en maquinaria y equipos, podría comprometer la capacidad de Europa para competir a largo plazo. Por ese motivo, el presidente francés, Emmanuel Macron, aplaudió el intento de alinear la política del BEI con el Acuerdo de París.