Once patronales del sector eléctrico lanzaron el pasado miércoles un manifiesto en el que incluían una batería de propuestas sobre la reforma del mercado mayorista de electricidad que, tal y como adelantó elEconomista.es, distan notablemente de la propuesta del Gobierno a Bruselas. Este documento marca enormes distancias con medidas como la intervención de precios de la nuclear o hidráulica que planteó el Ejecutivo en enero.
Tras desvelar este diario el contenido de dicho manifiesto, ayer un grupo de seis patronales -de las 11 firmantes- quisieron suavizar la situación con el Gobierno y explicaron que "Cualquier interpretación del contenido del mismo que pueda trasladar un mensaje de confrontación o alarmismo no responde al espíritu por el que fue elaborado y consensuado". De este modo, Aedive, AEE, Aepibal, Afbel, Appa y Aprie indican que las medidas planteadas no se "enfoca a criticar explícitamente ninguna propuesta nacional elaborada por un Estado Miembro, sino que aporta, de forma constructiva, criterios técnicos y económicos".
No obstante, no hace falta ser un lince para en una lectura crítica del documento discernir que su contenido supone notables diferencias sobre la propuesta del Gobierno y su aparición en plena jornada de debate sobre la reforma muestra una posición de unanimidad sectorial frente a los planteamientos puestos encima de la mesa por la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
La patronal fotovoltaica UNEF, por su parte, en un comunicado en solitario quiso recalcar que no ha manifestado una posición contraria a la propuesta de reforma presentada por el Gobierno, en el contexto de la reunión que mantuvieron las asociaciones más representativas del sector de la energía con el Ministerio de Transición Ecológica.
Así todo, parece claro que ayer el sector quiso tender la mano al Gobierno ahora que ha decidido sentarse a negociar y no es menos cierto que la propuesta española no ha logrado el apoyo ni sectorial, ni de un buen número de países europeos como Alemania.