Energía

Las mayores eléctricas europeas piden prudencia a la UE en la reforma del mercado mayorista

  • Piden que se evite la tentación de institucionalizar las intervenciones de mercado
  • Reclaman más comercio transfronterizo y mecanismos de respuesta de demanda
  • Alertan de la necesidad de una respuesta rápida ante el impulso de EEUU

Un grupo formado por algunas de las principales eléctricas europeas (Iberdrola, Enel, EDP, E.ON, Engie, Orsted, RWE, Statkraft, EnBW, Vattenfall, Cez Group, Fortum, Uniper y Verbund) han firmado una carta conjunta para posicionarse sobre la reforma del mercado mayorista de electricidad, una vez terminado el proceso de consultas abierto por la Comisión Europea.

Según indican estas compañías, la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense, con sus condiciones muy favorables para las inversiones verdes, representa un enorme desafío para la competitividad de la industria de la UE. Por ese motivo, consideran que la respuesta europea debe ser rápida, contundente y centrada en crear las condiciones marco para las inversiones en electricidad renovable y baja en carbono y en eficiencia energética.

Para estos gigantes energéticos, la reforma del diseño del mercado de la electricidad es una gran oportunidad para crear las condiciones que fomenten esas inversiones y, al mismo tiempo, aporten beneficios significativos a los consumidores y las industrias europeas.

Por ese motivo, consideran que la propuesta que realice la Comisión el próximo 14 de marzo debe contribuir al objetivo mencionado, mejorando el marco de contratación de los clientes, garantizando la confianza de los inversores para asegurar las inversiones necesarias en tecnologías renovables y de baja emisión de carbono, manteniendo la adecuación, la vinculación sectorial y la seguridad del suministro, así como preservando los beneficios que el mercado interior de la energía ha aportado a la Unión Europea.

Las eléctricas explican que dado que la crisis energética europea es principalmente una crisis de oferta y no de demanda, esta reforma del mercado debe tratarse con cautela, ya que conlleva el riesgo de crear una fragmentación del mercado interior de la energía que repercutiría negativamente en la economía y en la vida cotidiana de las personas.

Ante este escenario, las empresas proponen hacer que el actual diseño del mercado sea a prueba de futuro, preservando las necesarias señales de inversión a largo plazo que protegerán a los consumidores contra la volatilidad de los precios. La reforma debe evaluarse adecuadamente, y se necesita tiempo para debatir y elaborar una propuesta legislativa antes de instar a medidas correctivas estructurales que no darían los resultados esperados.

Los consumidores de energía deberían estar mejor protegidos frente a los precios altos y las situaciones de volatilidad extrema si así lo desean. Esto puede lograrse mediante contratos a largo plazo. Los incentivos para los clientes finales y los minoristas deberían estar alineados, por ejemplo incentivando a los minoristas a vender contratos a largo plazo con una mitigación adecuada en caso de incumplimiento contractual (por ejemplo, tasas de rescisión), manteniendo al mismo tiempo la libertad de contratación y de elección de productos para respetar las diferentes necesidades de los clientes domésticos e industriales.

Dado que las inversiones en energías renovables y capacidad con bajas emisiones de carbono son fundamentales, deben incentivarse los compromisos a largo plazo (PPA, CfD, CRM) para reducir el riesgo de las inversiones y proteger a los clientes finales frente a la volatilidad de los precios. Estos mecanismos deben ser voluntarios y estar bien diseñados para mantener la competencia, fomentar la liquidez del mercado y emitir las señales de inversión adecuadas a largo plazo.

La estabilidad reglamentaria y las señales de precios a largo plazo son necesarias para fomentar las inversiones futuras. Cualquier esfuerzo de reforma debe centrarse en establecer las señales de inversión adecuadas en el mercado para garantizar las inversiones masivas en energías renovables y bajas en carbono que necesita la UE, sin ningún efecto retroactivo que pueda dar lugar a litigios importantes, como ocurrió con los cambios retroactivos en los regímenes de energías renovables en el pasado. 

Los mercados a corto plazo son la forma más eficiente de optimizar el uso de las infraestructuras y recursos europeos. Por ese motivo, las empresas abogan por mejorarlos y aumentar la liquidez. Deben llevarse a cabo iniciativas que aumenten la integración del mercado (acoplamiento del mercado diario basado en el flujo, maximización del comercio transfronterizo, participación de la respuesta a la demanda en los mercados) y deben construirse redes que se ajusten a los requisitos de la transición ecológica.

La evolución del diseño del mercado debe ser lo suficientemente robusta como para hacer frente a diferentes situaciones. Por eso llaman la atención sobre las medidas excepcionales de emergencia adoptadas por el Consejo sobre la base del artículo 122 al considerar que no deben confundirse con una reforma estructural del mercado. Debe evitarse la tentación de intentar institucionalizar estas intervenciones excepcionales, ya que el resultado ha sido una fragmentación del mercado interior europeo. "Lo que necesitamos es un mercado bien diseñado que incluya las herramientas para hacer frente a diferentes tipos de crisis (precios muy altos o muy bajos), proporcionando una solución europea que garantice la protección de los consumidores, así como la confianza de los inversores", indican las empresas.

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