Energía

Rusia se prepara para las sanciones de la UE: ya vende más crudo y gas a China e India que a Occidente

  • China ha duplicado la compra de energía a su socio europeo
  • A pesar de ello, los está vendiendo con importantes descuentos
  • Además, ha llegado a acuerdos con otros países como Irán

A río revuelto ganancia de pescadores. Con un conflicto abierto entre Rusia, uno de los mayores suministradores de energía del mundo y Occidente a raíz de la Guerra de Ucrania, diversos países han aprovechado para conseguir gas, carbón y petróleo a precio de saldo. Con la economía rusa asediada y los gastos de una guerra prolongada y marcada por las últimas derrotas militares (como la retirada de Jersón), Putin ha puesto todo su esfuerzo en encontrar clientes alternativos y, para colocar sus materias primas, ha tenido que negociar a la baja.

Aunque ya ha tenido un retroceso en sus ingresos, en número de barriles de crudo Rusia aún mantiene sus cifras previas al conflicto de Ucrania. Según datos de la AIE el país europeo logró aumentar sus exportaciones en octubre en 165.000 barriles por día hasta los 7,7 millones diarios. Se estima que con la llegada de las nuevas sanciones europeas se resten 1,5 millones de golpe. Putin se ha encomendado a tres países para salvar esa cifra y minimizar el golpe de Bruselas y Washington contra el músculo económico que sostiene la guerra. De hecho, el último mes de octubre solo con dos de estas naciones superó las exportaciones hacia Europa el que era hasta hace poco su principal cliente.

China

A pesar de que el gigante asiático mantiene una posición de neutralidad frente al conflicto y cuenta con numerosos intereses en Ucrania, ha aprovechado para abastecerse de energía. Desde que comenzó la guerra China ya ha comprado más de 60.000 millones de dólares en energía rusa, casi el doble de lo que compró en ese periodo en 2021 (35.000 millones). Este apartado incluye tanto el crudo, como el gas y el carbón.

Este aumento ha ido haciéndose más fuerte con el paso de los meses e incluso en octubre, cuando Pekín recortó un 5% sus importaciones de crudo por la menor demanda tras los confinamientos y sus medidas en la lucha contra el covid, siguieron creciendo. Este último aumento se debe especialmente a que las refinerías del país liderado por Xi Jinping se están preparando para el embargo de la UE sobre el crudo ruso, que empezará en diciembre y lastrará los envíos futuros.

El valor total de estas importaciones de energía alcanzó los 7700 millones de dólares en octubre, 100 millones de dólares más que el valor de las importaciones de energía de Rusia en septiembre y 2300 millones de dólares más que el valor de las importaciones de energía chinas de Rusia para octubre de 2021.

Además de más petróleo, China también importó más gas natural licuado ruso en octubre, señaló el informe de Bloomberg. Con 756.000 toneladas, el volumen fue notablemente más alto que las importaciones de GNL en el mismo período del año pasado, y el aumento se produjo a pesar de una disminución del 34 por ciento en las importaciones generales de GNL.

India

El subcontinente indio, a pesar de su rivalidad con China, ha sido otro de los que no han dudado en acercarse a Rusia para comprar el máximo de materias primas posibles aprovechando el complicado panorama que la guerra ha provocado. La propia Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, mostró su punto de vista por esta situación afirmando que . "el petróleo ruso se venderá a precios de ganga y estamos felices de que India, África o China se beneficien, es más que correcto".

La India es ya el segundo cliente de Rusia y, para la India, se trata del máximo suministrador de petróleo superando a un socio histórico como Arabia Saudí. Los últimos datos disponibles (septiembre) muestran un aumento de importación del 18,5% superior al del año pasado con 900.000 barriles diarios. Las autoridades de Nueva Delhi apuntan a que esta cifra crecerá en los próximos meses debido a las sanciones en aumento de occidente al Kremlin y las oportunidades que ofrecerán a terceros países.

Desde hace meses el Gobierno presidido por el primer ministro Narendra Modi está intentando explicar al mundo que abrazar las materias primas de la nación europea es la única manera de continuar con su hoja de ruta para detener la inflación desatada. Nirmala Sitharaman, ministra de Finanzas, explicó el pasado mes que "importar petróleo ruso es parte de la estrategia de control de los precios, algo que también hacen otros países de Asia".

En el caso del carbón la situación es parecida. El pasado mes de octubre, la India importó más de 12,03 millones de toneladas, un 11,5% más que en el mismo mes en 2021. Sin embargo los últimos meses están reduciendo su dependencia del exterior con un fuerte aumento de la producción nacional después de que las empresas del país hayan hecho acopio de este material dejando sus inventarios en el nivel más alto de la historia del país (descontando 2020). Sin embargo, Rusia es ya el tercer máximo suministrador por detrás de Indonesia y SUdáfrica, aunque ha superado a socios clave como Estados Unidos, Australia, Mozambique o Colombia.

Irán

Por último está el país de los Ayatolás, inmerso en una gran agitación política contra el régimen y con unos vínculos reforzados con el Kremlin tras la venta masiva de drones para la guerra de Ucrania. A pesar de que Irán es una potencia petrolera de primer orden, con 3,17 millones de barriles producidos por día en 2021, las sanciones de EEUU han hecho mella en el país chii.

Desde comienzos de septiembre las autoridades del país han hecho público un acuerdo para importar hasta 9,6 millones de metros cúbicos de gas por día a través de un gasoducto en Azerbaiyán. ¿Por qué Irán compra petróleo y gas a Rusia si puede producirlo? La respuesta es que quiere aprovechar el contexto para dar un golpe encima de la mesa.

El plan de Teherán consiste en hacer acopio de una gran cantidad de gas para venderlo y mejorar su posición en la OPEP. Sin embargo, su infraestructura para producir está fuertemente lastrada por años de sanciones de occidente y ahora ha encontrado un inesperado amigo en Putin. Mientras Rusia construye pozos en el país vecino, Irán hace acopio de gas barato ruso para aumentar su capacidad de exportación.

En verano Irán firmó un acuerdo con Gazprom por 40.000 millones de dólares para desarrollar campos de gas y petróleo a lo largo de todo el país además de nuevos gasoductos para toda la región. El acuerdo está claro: Irán necesita a Rusia para mejorar su infraestructura y Rusia quiere un comprador alternativo.

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