
La ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, descarta la construcción de un gasoducto entre Barcelona y Livorno (Italia) tras el acuerdo del BarMar, el proyecto que unirá la ciudad condal y Marsella. Según ella, "no tiene mucho sentido hacer otra conducción submarina. La conexión con Marsella es más corta y más barata".
Sobre las posibles tensiones que puedan surgir con Italia a raíz de esta decisión, Ribera asegura, en una entrevista concedida al diario La Vanguardia, que "el Gobierno italiano sabía que un acuerdo con Francia podía darse". Asimismo, la ministra reitera que "España mantiene todos sus compromisos de solidaridad con este país para enviar gas natural licuado por barco desde los puertos de Barcelona y Cartagena".
Preguntada por los próximos pasos a seguir, la vicepresidenta cuarta del Gobierno apunta que toca concretar los detalles de la infraestructura para poder presentar un primer proyecto a la Comisión Europea a principios de diciembre. Con respecto a los plazos, Ribera dice que podría estar listo en cuatro o cinco años. En cambio, no se atreve a dar una cifra aproximada de cuánto costará el BarMar: "Quisiera ser muy prudente sobre esta cuestión. Esperemos a los estudios técnicos".
En cuanto a la caída en los precios del gas, Ribera advierte que la situación que se ha dado esta semana no implica necesariamente que la situación se vaya a mantener durante todo el invierno. "Puede haber repuntes e incrementos de precios en los próximos meses", sostiene la dirigente socialista.
Entre las causas, la ministra menciona las altas temperaturas que ha registrado el sur de Europa a lo largo del mes de octubre, al descenso de la actividad industrial y al hecho de que los países "más preocupados" han optado por llenar sus almacenes "pagando precios altos". Según ella, el resultado es que las reservas de gas en el continente "están llenas".
Por otro lado, la ministra señala que, con el acuerdo alcanzado para intervenir el mercado del gas, lo que se ha decidido es "solicitar a la Comisión Europea que presente un índice de precios distinto al actual". En ese sentido, confirma que se pasará por encima del índice holandés (TTF) para crear "un corredor de precios mínimos y máximos", así como una plataforma conjunta de compras, justo lo que España "venía defendiendo desde hace meses". Asimismo, se evaluará la aplicación de un tope al coste de esta energía para la fabricación de electricidad, añade.