
En la carrera por la independencia energética, la energía nuclear de nueva generación se ha posicionado como una alternativa verde a los combustibles fósiles rusos. El problema es que, al igual que ocurre con el gas, Rusia tiene la sartén por el mango: TENEX, propiedad de la empresa estatal rusa Rosatom, es la única compañía del mundo que comercializa el uranio de alta calidad enriquecido al 20% (HALEU, por sus siglas en inglés) que alimenta los reactores de las centrales. Ante esta situación, el Gobierno de EEUU ha decidido movilizar parte de sus reservas de este material apto para armas.
En concreto, el Departamento de Energía estadounidense ha anunciado que utilizará parte de las 585,6 toneladas de uranio para armas que tiene para poner en marcha una industria que considera crucial. Desde agosto de este año, la Administración Biden ha destinado 2.200 millones de dólares a asegurar e impulsar el suministro nacional de HALEU.
Sin embargo, el Gobierno de EEUU también ha advertido que no se trata de una solución a corto plazo, ya que rebajar los niveles de enriquecimiento del uranio del 90% -el nivel apto para armas- al 20% llevará su tiempo.
Monopolio ruso
La energía nuclear se ha posicionado como una alternativa a los combustibles fósiles porque, durante el proceso de generación de energía, apenas tiene impacto medioambiental, según señaló en 2019 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Esta neutralidad medioambiental -que no tiene en cuenta, sin embargo, lo contaminante de los residuos resultantes del proceso- es a lo que se aferran las empresas que trabajan para aumentar el porcentaje de electricidad que produce esta fuente -actualmente representa alrededor del 10% del total mundial-. Como parte de su plan, han puesto en marcha una nueva generación de centrales nucleares alimentadas con HALEU.
Las nuevas centrales incorporan los conocidos como reactores modulares pequeños (SMR, por sus siglas en inglés), que requieren recargas menos frecuentes y son hasta tres veces más eficientes que los modelos tradicionales. Además, son más baratos. Por el momento, el precio necesario para que los nuevos proyectos alcancen el punto de equilibrio -conocido como coste medio nivelado eléctrico- es de 60 dólares el MWh, mientras que el de la tecnología convencional asciende hasta los 97 dólares, según datos de Energy Innovation Reform Project. En cuanto al combustible, utilizan uranio de alta calidad enriquecido al 20%, en lugar de al 5% como hacen las centrales nucleares tradicionales.
La cuestión es que, pese a las posibilidades que ofrece, esta tecnología se encuentra prácticamente paralizada debido al monopolio de Rusia del HALEU, del que los promotores no quieren depender. Como señala Daniel Poneman, director ejecutivo de Centrus Energy, la única empresa fuera de Rusia que tiene licencia para fabricar HALEU: "Nadie quiere pedir 10 reactores sin una fuente de combustible, y nadie quiere invertir en una fuente de combustible sin 10 pedidos de reactores".
Alternativas al HALEU ruso
En 2019, el Gobierno estadounidense adjudicó un contrato de costes compartidos a Centrus para construir una instalación de demostración. La idea era que empezará a producir HALEU este año, pero los cortes en la cadena de suministros durante la pandemia han obligado a retrasar su puesta en marcha hasta 2023.
Asimismo, la fabricación de este combustible por parte de Centrus tampoco va a servir para solucionar el problema actual. Al menos tendrán que pasar cinco años antes de que la compañía pueda producir 13 toneladas de HALEU al año y, aún así, estará muy lejos las 33 toneladas que el Departamento de Energía de EEUU calcula que serán necesarias para alimentar los reactores estadounidenses en 2030, según publica Reuters.
Otro de los posibles productores de HALEU es Orano, la empresa estatal francesa de extracción y enriquecimiento de uranio. En su caso, podría empezar a producir este combustible en un plazo de 5 a 8 años, pero todo depende de si tiene clientes con contratos de larga duración.
La empresa europea Urenco tampoco ha solicitado todavía las licencias necesarias para empezar a producir HALEU. Por el momento, se encuentra considerando los posibles emplazamientos de sus fábricas en EEUU y Gran Bretaña.