EDP acaba de cerrar la compra de Viesgo por 2.700 millones de euros. La compañía inicia así una nueva andadura en la que tendrán que dar pasos adelante para la integración de ambas sociedades, un extremo que se espera que se produzca en cien días.
La eléctrica portuguesa, dirigida en España por Rui Teixeira, finaliza así la 'operación Miró' que le permite ganar peso en el negocio de la distribución al tiempo que refuerza su presencia en renovables.
Este acuerdo, incluye todos los activos de la compañía de origen cántabro, entre los que se encuentran distribuidoras eléctricas con más de 695.000 puntos de suministro, con 31.411 kilómetros de red, un total de 500 MW de generación renovable y dos centrales de generación térmica, en proceso de desmantelamiento con el cierre previsto antes de 2021 y con casi 1 GW de potenciales derechos de acceso a la red.
Tras este acuerdo, EDP integra los activos renovables en EDPR, gestiona los derechos de conexión tras el cierre de las centrales térmicas y constituirá, junto a Macquarie, una alianza para los negocios de distribución eléctrica de Viesgo, Begasa y E-Redes (la filial de EDP).
Esta nueva sociedad mantendrá las tres marcas de las distribuidoras e incorporará al presidente de Viesgo, Miguel Antoñanzas, como representante de Macquarie en el consejo de la sociedad matriz.
El fondo australiano, a través de su vehículo Super Core Infraestructure, tendrá un 24,9% de la sociedad y EDP, que gestionará la misma, mantendrá un 75,1%, controlando y consolidando los activos. La distribuidora resultante aún estará muy alejada del tercer jugador. La nueva empresa tendrá 1,3 millones de puntos de suministro y 52.177 kilómetros de red frente a los cerca de 3 millones de Naturgy, lo que se supone que facilitará la aprobación por parte de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia.