La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, cerró filas hoy con la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y aseguró que la sorpresiva dimisión de Jordi Sevilla al frente de Red Eléctrica se debe a motivos personales.
Para Montero, la vicepresidenta ha sido muy cuidadosa con la independencia de la compañía y reconoció que pese a que había habido críticas de Red Eléctrica a la regulación de la CNMC recordó que también las hubo del propio departamento de Ribera hasta que se alcanzó un acuerdo.
Sevilla intentó lanzar el mensaje de que su salida se debía a las críticas que había vertido contra la CNMC por la presencia en la misma del marido de la vicepresidenta, Mariano Bacigalupo, lo que viene a confirmar el choque entre ambas partes. No obstante, estas acusaciones carecen de fundamento puesto que la CNMC es un organismo colegiado y la propuesta no sale de un consejero sino de los servicios técnicos y requiere el apoyo de la mayoría.
El PP, por su parte, aprovechó la dimisión y se erigió en defensor de Jordi Sevilla al caer en su discurso y olvidarse de su pésima gestión en el operador del sistema. Mariscal acusó a la vicepresidenta de Transición Ecológica de forzar su salida y de ejercer "presiones" junto a su marido, Mariano Bacigalupo, razón por la cual ha reclamado su comparecencia ante el Congreso.
Para el secretario general del PP en el Congreso, Guillermo Mariscal, este anuncio de dimisión lo calificó como "gravísimo", al considerar que "es una muestra más en el intento de invasión y control de todas y cada una de las estructuras de la sociedad española, incluido también el sector privado"
Mariscal ha lamentado también que la salida "es una clara indicación de la poca o nula creencia que existe en la libertad de empresa, las Juntas de accionistas y de todo el trabajo que se desarrolla en las compañías".
