
Preservar la biodiversidad, crear valor compartido con las comunidades y construir con criterios de economía circular. Bajo estos pilares, compañías como Endesa basan su estrategia de desarrollo de energía renovable.
Para cumplir este compromiso, la energética puso en marcha en 2012 el Plan de Conservación de la Biodiversidad, con el que impulsa proyectos que permiten medir el impacto medioambiental y sacar conclusiones para mejorar la relación con la naturaleza.
De manera que cada nuevo proyecto en renovables está acompañado de un plan de creación de valor compartido que beneficia a la comunidad y donde, además, se fomenta el cuidado de la biodiversidad.
"Tenemos el reto de que todos los proyectos tengan como base la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, y para conseguirlo queremos ser referentes en la adopción e implantación de las mejores técnicas disponibles", explica Juan Abad, responsable de medio ambiente para la generación solar de Endesa.
Proyectos
Uno de los proyectos más relevantes es el Corredor de Totana. Para ello, se han destinado 8 hectáreas en su planta fotovoltaica creando un corredor ecológico que está permitiendo desarrollando un hábitat protegido para más de 25 especies.
Un refugio único cuya efectividad está llevando a estudiar replicar este concepto en otras instalaciones renovables de la compañía. A esta iniciativa además se une la aplicación de la "agrivoltaica", es decir, la plantación de diferentes tipologías de plantas bajo los paneles solares.
Tal y como explica, Roberto Andrés, responsable de innovación medioambiental en Endesa, "los proyectos agrivoltaicos que estamos desarrollando no solamente se centran en el mantenimiento o recuperación de las actividades agrícolas o ganaderas allí donde una planta fotovoltaica se ha construido o está prevista su construcción, sino que un componente muy importante del proyecto es la recuperación o mejora de los ecosistemas y hábitats locales. Los esfuerzos se centran en la recuperación del suelo y las especies protegidas, que son vitales para el mantenimiento esas zonas, o la mejora de los cultivos, como son las especies polinizadoras".
Endesa ya ha plantado en Totana, de la mano del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), especies como el pimiento rojo, el brócoli, la alcachofa, el tomillo y la pitaya.
Asimismo, junto al Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (CTAEX), trabaja en tres proyectos en el ámbito de la Agrivoltaica; dos en Extremadura, en las plantas de Valdecaballeros y Augusto (Badajoz), y otro más en Andalucía, en la planta de Las Corchas en Carmona, (Sevilla).
"En estos proyectos llevamos a cabo ensayos de plantaciones de diferentes cultivos dentro de las plantas fotovoltaicas, estudiando tanto la adaptación de diferentes especies como distinto manejo agronómico", señala Jesús Gil Soto, responsable de Proyectos de I+D del Área de Agricultura de CTAEX.
En la planta de Valdecaballeros se están llevando a cabo ensayos con varias especies de plantas aromáticas y medicinales, así como suelta de polinizadores, para fomentar la biodiversidad y la polinización de los cultivos. Mientras, en la planta de Augusto se llevarán a cabo ensayos de cultivos de hortícolas de alto valor añadido y alfalfa.
De este modo, el resultado que Endesa está buscando tiene varios efectos positivos: mejorar la huella ambiental, generar valor a la comunidad local a través de un uso compartido del suelo en grandes plantas fotovoltaicas y potenciar la sostenibilidad en el largo plazo de los proyectos.
Protección de la fauna
Por último, Endesa lleva años analizando el impacto que su actividad puede tener en el entorno natural. Gracias a diversos estudios se ha descubierto que los parques eólicos no alteran la vida de los mamíferos salvajes que pueblan los montes. Así lo pone de manifiesto una investigación científica, utilizando técnicas de fototrampeo, que la compañía realizó en sus instalaciones de Galicia y de Ávila a lo largo de doce meses.
A estas actuaciones, se unen otras como la protección del aguilucho cenizo. Una especie considerada vulnerable y para la que Endesa está llevando a cabo una actuación en colaboración con la asociación AMUS (Acción por el Mundo Salvaje), con amplia experiencia en esta especie rapaz. En este caso se están instalando actualmente en la planta fotovoltaica de Valdecaballeros, ubicada en Casas de Don Pedro en la provincia de Badajoz, una infraestructura diseñada para la cría campestre o hacking de aguilucho cenizo.
"Este método se basa en la liberación de aves rapaces provistas de dispositivos GPS. De esta manera, podremos establecer un seguimiento y posteriormente valorar cuáles son sus parámetros en el empleo del espacio, sus rutas migratorias, las interacciones con sus homólogos salvajes, su retorno a la península, así como sus amenazas. De esta forma, podremos ver si la técnica ha sido eficaz ya que es la primera vez que se utiliza este tipo de tecnología para marcar esta especie", explican desde AMUS. Y es que, preservar las especies autóctonas, así como el control de las especies invasoras es uno de los ejes estratégicos del plan que tiene en marcha la compañía con la colaboración de distintas entidades.
Con todo ello, Endesa afianza su compromiso con la sociedad cuidando de la biodiversidad, minimizando su impacto ambiental y asegurando la sostenibilidad del planeta.