
Tras más de un siglo firmando edificaciones históricas, como el Edificio España o el área de oficinas de AZCA, Metrovacesa busca cimentar su condición de referente de la construcción residencial aplicando recursos vanguardistas, como el crowdfunding o el blockchain.
La historia de Metrovacesa arranca en Madrid, ligada a un proyecto pionero en España y sumamente innovador: el metro. La primera línea del Ferrocarril Metropolitano de Madrid -que así se denominaba- se inauguró en octubre de 1919 y conectaba en diez minutos el centro -la estación de Sol- con el barrio de Cuatro Caminos, por entonces eminentemente industrial. La primera encomienda de la compañía fue acondicionar el barrio, adecuando Cuatro Caminos a los nuevos tiempos con un ojo en el confort y la privacidad.
Los promotores del metro eran los ingenieros Carlos Mendoza, Miguel Otamendi y Antonio González Echarte. Los tres habían fundado un año antes, junto con José María Otamendi -hermano de Miguel- la Compañía Urbanizadora Metropolitana (CUM), semilla de la actual Metrovacesa, que firmaría algunas de las edificaciones más relevantes dentro y fuera de la capital.
El plan de la CUM en Cuatro Caminos era ambicioso: urbanizar la zona, trazar calles y crear infraestructuras, para después levantar edificios de viviendas que se explotarían en régimen de arrendamiento. Finalmente, la CUM crearía una ciudad-jardín con la vista puesta en las clases más acomodadas. El buen hacer y el enfoque renovador de la compañía se plasmaría rápidamente en los edificios Titanic de Reina Victoria, diseñados por Julián Otamendi -el menor de los hermanos- y Casto Fernández-Shaw, con clara inspiración en el estilo de Nueva York.
En 1929, la Gran Depresión frena el entusiasmo en la construcción; la CUM se configura como inmobiliaria y se crea una sociedad hermana: la Compañía Inmobiliaria Metropolitana (CIM). En los años siguientes, el impulso de ambas seguirá cambiando la fisonomía de Madrid con edificios de viviendas y proyectos icónicos. Uno de ellos fue el Edificio Lope de Vega, en la esquina de Gran Vía con San Bernardo. Se trataba de una innovadora mezcla de servicios y ofertas, que incluía dos hoteles, un teatro, apartamentos, oficinas y hasta una piscina en la cubierta, al que se unió el centro comercial Los Sótanos, activo hasta los años 80.
Los años 50 la modernización que va permeando al país se refleja en construcciones emblemáticas, con el sello de la compañía. El Edificio España, terminado en 1953, fue concebido al modo americano como una pequeña ciudad autosuficiente, con pasajes comerciales, hotel, apartamentos, oficinas, restaurantes y una piscina en la azotea. Entre noviembre de 1954 y enero de 1960 se construyó el segundo rascacielos en la zona de Princesa, la Torre de Madrid, con 39 plantas -entonces, y hasta 1967, el edificio más alto de Europa-.En 1977 CIM levanta su primer bloque de oficinas al norte de la Castellana, la Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial de la Avenida del Generalísimo -hoy la Castellana-, mejor conocido como AZCA.
Metrovacesa nace como tal en 1989, fruto de la fusión entre Urbanizadora Metropolitana, Inmobiliaria Metropolitana e Inmobiliaria Vasco-Central (Vacesa). La nueva compañía seguía centrada en la adquisición y la urbanización del suelo, pero incursionará en nuevos campos, como los centros comerciales, los parques empresariales o industriales, la rehabilitación de edificios céntricos y los aparcamientos. En la década siguiente, forjará una posición dominante en las periferias metropolitanas, aprovechando la mejora y la extensión de los transportes.
Metrovacesa llega a la década de los 2000 en su mejor momento, con un crecimiento constante en el negocio inmobiliario y una estrategia de diversificación rentable. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 golpea el sector inmobiliario; los bancos se convierten en accionistas mayoritarios de la compañía, que aborda una reestructuración en torno al negocio patrimonial de oficinas, centros comerciales y la explotación de nuevos activos.
El 6 de febrero de 2018, unos meses antes de su centenario, Metrovacesa regresa a la bolsa con la mira puesta en convertirse en el campeón nacional del mercado residencial. Hoy cuenta con la mayor cartera de suelo líquida en España y un gross asset value (GAV) de 2.606 millones de euros -diciembre de 2018-. El nuevo planteamiento de la promotora se basa en la consolidación de su posición como líder nacional de la construcción de viviendas con márgenes sostenibles, el desarrollo oportunista del negocio terciario y un objetivo de venta de suelo de 500 millone de euros GAV.
La innovación, rasgo diferencial
La actividad actual de Metrovacesa tiene la innovación como eje fundamental. El pasado junio, la compañía marcaba un hito en su plantemiento estratégico, al introducir el crowdfunding como canal de venta y revolucionar el acceso a la inversión inmobiliaria en su Residencial Amura, en Valencia.
Para este proyecto, Metrovacesa cuenta con la colaboración de SociosInversores, plataforma líder en financiación alternativa del Grupo Sego Finance, y de Activium, una compañía de ámbito nacional con acreditada experiencia en comercialización de activos inmobiliarios y generación de oportunidades de negocio. Metrovacesa selecciona los activos objeto de inversión; SociosInversores aporta la plataforma para realizar el crowdfunding y Activium es la que adquiere los inmuebles y los alquilará posteriormente, incorporando en el capital de la sociedad a los inversores con sus aportaciones.
La inversión en el proyecto -la cuantía mínima son 500 euros- funciona como una participación en el proyecto de compra y alquiler a través de la sociedad, y no supone la adquisición de la propiedad de la vivienda en proporción a la parte invertida. Una vez terminado el proyecto, los inversores recibirán su rentabilidad correspondiente.
Otro de los proyectos innovadores de la compañía es el desarrollo de viviendas industrializadas en altura. En julio, Metrovacesa firmó un acuerdo con Grupo Avintia para el desarrollo de 500 viviendas distribuidas en diferentes localidades de España, que serán ejecutadas por Avintia Construcción. La novedad reside en el sistema de construcción industrializado, que permite diseñar y producir en fábrica todos los elementos de una vivienda en altura.
Con ello, Metrovacesa reducirá los plazos de construcción y entrega de sus viviendas en un 30%, al solaparse diferentes fases que sería imposible ejecutar al mismo tiempo de forma tradicional y eliminar tiempos de espera inncesarios. El proyecto refrenda, además, el compromiso de la compañía con la sostenibilidad, ya que este sistema permite reducir la contaminación del entorno tanto en lo que hace a residuos como en el ruido generado.
La compañía trabaja asimismo en la incorporación de tecnologías avanzadas como blockchain, en razón de su transparencia y eficiencia. En este campo, Metrovacesa colabora con socios de referencia, como Grant Thornton y la plataforma Brickex, en el desarrollo de la primera plataforma de venta y gestión de activos B2B basada en la cadena de bloques -negocio a negocio- dirigida a family offices -entes o plataformas de inversión dedicadas a la gestión de grandes patrimonios-, fondos de inversión y crowdfunding.